Los videojuegos pueden ser un arma de doble filo, a veces son una simple distracción y otras te alejan de tus objetivos reales. El caso de Logan Visser representaría bien este tema: él se entregó los videojuegos estando en la Universidad y perdió sus buenas calificaciones, amigos y hasta mermó su calidad de vida. ¿Qué dijo al respecto? El estadounidense tuvo una reflexión sobre sus años pegado a League of Legends, alias LOL.
Logan Visser tiene un perfil en Facebook llamado @Logan J. Visser, y actualmente tiene una familia numerosa que lo ama en Estados Unidos. Pero no siempre fue así: el hombre se vio “atrapado emocionalmente” por jugar LOL durante más de 16 horas al día y durante meses.
“Suspendió clases y perdió amigos.”
Logan tenía buenos proyectos y expectativas en la Universidad Brigham Young en Rexburg, Idaho. Sin embargo,sus primeros ciclos de estudios estuvieron dominados por el famoso eSport League of Legends. Jugaba todas las noches hasta el amanecer mientras se alimentaba de pizza y Mountain Dew para seguir en racha durante días.
“Cuando estás tan metido en eso, solo sientes vergüenza y parece que el único escape es seguir en lo que está creando tus problemas”, dijo Visser al nypost.com.
El joven amante de los deportes de contacto sucumbió ante la ludopatía y el vicio de la pantalla: ganó peso, perdió amigos y suspendió clases. Además, dejó de lado sus intenciones de competir localmente en lucha.
“Los juegos tomaron el control. Estaba desperdiciando mi vida por completo”, relató Logan, ahora con 29 años. “Quería seguir mejorando en algo que ni siquiera importa”, agregó, siendo él ahora un padre de familia que dejó oficialmente su adicción a los videojuegos, especialmente cuando su esposa dio a luz a su 1er hijo.
“Veo por qué las generaciones mayores menosprecian a las personas adictas a los juegos. Pero nunca se han enfrentado a algo como esto, diseñado para mantenerte comprometido y hacer que regreses”, reflexionó sobre sus días de excesos jugando al LOL.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) declaró en 2019 que el trastorno por videojuegos es un comportamiento adictivo; docenas de estudios lo respaldan. “El juego se convierte en su principal regulador emocional (...) para algunos jugadores, se vuelve compulsivo”, dijo la Dra. Amanda Giordano, experta en adicciones y profesora de la Universidad de Georgia.
“Esto es un problema real. Siempre critiqué a mi hijo por jugar videojuegos hasta las 2 AM”, “Parece que Logan se encaminó, bien por él, no todos corren con la misma suerte”, “Los videojuegos pueden ser un vicio. Hay que regularse de todos modos”, “Especialmente los juegos de móvil enganchan a los niños”, comentan en las redes sociales al respecto.