Nueva alianza en el Indopacífico.
Estados Unidos, Reino Unido y Australia anunciaron este miércoles un ambicioso pacto de seguridad para compartir tecnología avanzada de defensa, en un intento de contrarrestar los avances de China.
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El pacto estratégico fue bautizado como Aukus (del acrónimo en inglés de Australia, Reino Unido y Estados Unidos) y tiene en la mira “defender los intereses compartidos en el Indopacífico” de estas potencias.
Joe Biden compareció desde Washington, flanqueado por el primer ministro británico, Boris Johnson, y el australiano, Scott Morrison, que se conectaron por videoconferencia, para hacer oficial el acuerdo, poco después de que un funcionario estadounidense lo describiera como “histórico”.
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Aunque ningún líder mencionó explícitamente a China, el anuncio es visto ampliamente como un intento de frenar los avances de Pekín en la zona.
Y es que el anuncio se produce después de las polémicas acciones del gobierno chino en los mares de Asia Pacífico -donde ha construido desde instalaciones turísticas o de uso militar en terreno en disputa con otras naciones, que reclama como propio-; sus inversiones en países del Pacífico sur o el deterioro de la relación entre Pekín y Canberra.
Qué implica el nuevo pacto
Uno de los puntos más destacados del mismo es que permitirá que Australia construya submarinos de propulsión nuclear por primera vez.
“Como primera iniciativa bajo Aukus, nos comprometemos a (...) apoyar a Australia en la adquisición de submarinos de propulsión nuclear para la Marina Real Australiana”, señala el comunicado del anuncio.
El presidente Biden ahondó en las razones detrás del pacto en su comparecencia.
“Se trata de invertir en nuestra mayor fortaleza, nuestras alianzas, y actualizarlas para que enfrenten los desafíos de hoy y de mañana”, explicó.
“Tenemos que ser capaces de abordar el actual entorno estratégico de la región y su evolución, porque el futuro de cada una de nuestras naciones y, de hecho, del mundo, depende de que el Indopacífico sea libre y abierto”, defendió Biden en una velada referencia a Pekín, que a su vez acusa a EE.UU. de militarizar la zona.
Hasta ahora, Estados Unidos solo ha compartido su tecnología para desarrollar submarinos con propulsión nuclear con un solo país, Reino Unido, en 1958, explicó un alto cargo del Gobierno estadounidense en una llamada con periodistas para explicar los detalles del acuerdo.
Eso convierte en “histórico”, opinó la fuente, el hecho de que tanto EE.UU. como Reino Unido hayan decidido “añadir” ahora a Australia a ese trato, con el compromiso de ayudar a la Marina Real Australiana a adquirir submarinos nucleares.
No obstante, los tres líderes enfatizaron que Australia no dispondrá de armas nucleares, sino que esos submarinos estarán “convencionalmente armados”, pero “potenciados por reactores nucleares”.
“Es una tecnología probada, y es segura”, garantizó el presidente estadounidense.
Morrison, por su parte, aseguró que Canberra seguirá “cumpliendo todas las obligaciones de la no proliferación nuclear”.
No obstante, incluso si son submarinos convencionales, la medida “podría alterar la balanza de poder naval en el Pacífico”, destaca en un análisis el diario The New York Times.
De acuerdo con medios australianos, el nuevo pacto habría puesto fin a un acuerdo de Australia con Francia para fabricar submarinos de diseño francés firmado en 2016 por 50.000 millones de dólares australianos.
El trato, que incluía la construcción de 12 submarinos para la Armada australiana, se ha encontrado con muchos obstáculos, entre ellos la exigencia de Canberra de darle prioridad a la producción local.
Pero Aukus no solo se quedará ahí.
El acuerdo también cubre áreas de cooperación en inteligencia artificial, tecnología cuántica y cibernética, instalaciones industriales o cadenas de suministro.
China, en la mira
Desde la llegada de Biden a la Casa Blanca, Estados Unidos ha dejado claro su voluntad de contener el avance de China en el Pacífico, manteniendo y reforzando la posición dura que encabezó su predecesor, Donald Trump.
Y con este nuevo pacto quiere implicar más en esa misión “a Europa, y en particular a Reino Unido”, explicó el citado funcionario estadounidense en la llamada telefónica con la prensa, según recoge la Agencia EFE.
Sin duda, para el corresponsal de Defensa de la BBC, Jonathan Beale, el pacto muestra la importancia de la región indopacífica para Washington y Londres, y una creciente inquietud para los tres firmantes.
“No es ningún secreto que Reino Unido, Australia y Estados Unidos comparten la preocupación por el fortalecimiento de los medios militares de China en la región”, subrayó.
Vipin Narang, profesor del Instituto Tecnológico de Massachusetts, que estudia el uso de armas nucleares y sistemas de lanzamiento en la competencia entre las grandes potencias, coincide en que el acuerdo es una reacción al terreno que China ha ganado en los últimos años y subraya la importancia de lo anunciado.
“Los submarinos de ataque son un gran negocio, y envían un gran mensaje”, dijo Narang al diario The New York Times.
“Esto sería difícil de imaginar hace cinco años. Y habría sido imposible hace 10 años. Y eso dice mucho sobre el comportamiento de China en la región”, agregó.
Bonnie Glaser, directora del programa de Asia en el German Marshall Fund, un centro de análisis, consideró en el mismo medio que los firmantes del nuevo acuerdo han entendido la necesidad de “reforzar la disuasión y estar preparados para luchar en un conflicto, si se produce”.
Desde Washington, un portavoz de la embajada de China, Liu Pengyu, rechazó el anuncio y opinó que los países “no deben construir bloques excluyentes que apunten a o perjudiquen los intereses de terceros”.
“En particular, deberían desprenderse de su mentalidad de Guerra Fría y de sus prejuicios ideológicos”, dijo Liu al medio hongkonés South China Morning Post.
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