Sereno y distendido, según su secretario personal, Benedicto XVI prosiguió hoy con su agenda y recibió al presidente de Guatemala, Otto Pérez Molina, al que confió que ha sido muy difícil tomar la decisión de renunciar al papado, pero que considera que es una decisión recta para la Iglesia.

Benedicto XVI me ha dicho que cree que es lo mejor para la Iglesia, ya que por su edad y también por sus problemas de salud (padece del corazón) no puede viajar, salir más y que la responsabilidad de la Iglesia es muy grande y que por eso tomó esa decisión, dijo Pérez Molina a la prensa tras mantener un coloquio a solas con el papa durante 25 minutos en su Biblioteca Privada.

Pérez Molina señaló que le ha visto muy decidido y muy firme por la decisión adoptada, que me dijo fue una decisión muy difícil, pero que consideraba que era una decisión recta para la Iglesia Católica. El papa Ratzinger le aseguró que aunque se retira, seguirá rezando por la Iglesia.

Pérez Molina ha sido el último Jefe del Estado no italiano que es recibido en audiencia por el papa, quien tiene previsto despedirse del presidente italiano, Giorgio Napolitano, el 23 de febrero. Para mí ha sido un privilegio y un honor. Para Guatemala es algo histórico y yo me siento muy honrado de saludarle y verle en tan buenas condiciones físicas y mentales, afirmó.

Benedicto XVI abandonará el Vaticano el 28 de febrero, con destino la residencia de Castel Gandolfo, a unos 30 kilómetros al sur de Roma, donde permanecerá unos dos meses hasta que esté concluida la restauración del monasterio de clausura Mater Ecclesia, levantado en los jardines vaticanos, donde tiene previsto alojarse definitivamente.