No solo en el Perú se realizan excentricidades por el ráting. En Pakistán, un programa concurso ha roto esquemas ‘regalando’ bebes huérfanos a los ganadores. El espacio se transmite en horario estelar y ha causado una controversia general en aquel país, reflejada en los comentarios en redes sociales de muchos pakistaníes indignados.
Aamir Liaquat Hussain, el presentador del programa, entregó en uno de sus programas en vivo a una niña a una pareja que no podía creerlo. La flamante y nueva madre de la pequeña confesó que se sorprendió al principio. Según informa CNN, otro bebe será entregado en los próximos días.
No solo el espacio de TV genera controversia. El presentador ya es todo un tema: descrito como erudito religioso, estrella de TV y hasta símbolo sexual, sus características desatan polémica en aquel país. Él dice que el Ramadán, así como la Navidad en Occidente, debe ser un mes en que “se recompense a la gente y se le haga feliz”.
Aman Ramazan –así se llama el programa- es una versión paquistaní del programa “The Price is Right”, donde la audiencia es premiada a cambio de responder preguntas sobre el Corán. Normalmente, se premia con vehículos o electrodomésticos. El presentador canta himnos islámicos y charla con niños sobre religión.
La organización civil Asociación para el Bienestar Chhipa es la que rescata a los bebes del abandono. Los argumentos para la polémica premiación con bebes se basan en que estos son “abandonados en la calle, en los contenedores de basura, otros mutilados por los animales ¿Por qué no garantizarle al bebe una vida decente y conseguirle un buen hogar?”, según dice Ramzan Chhipa, quien dirige la organización. Según ellos, evalúan a las parejas que van a recibir a los bebes.
No obstante, la pareja no conocía que recibiría a una recién nacida al ser invitados al programa de TV. En Pakistán no hay ley de adopción. La pareja debería solicitar la tutela en un tribunal familiar.
Usuarios pakistaníes en redes sociales han protestado: “Los bebes no son trofeos”, indican algunos. Pero Hussain cree que este espectáculo unifica a una nación fracturada, plagada por la violencia sectaria, la intolerancia religiosa y el terrorismo.
Estos son los niños que crecen privados de sus derechos a ser niños en la calle y son utilizados para los ataques suicidas con bombas. Hemos tratado de mostrar una alternativa, explicó.