Cuba aplica desde hoy la esperada reforma migratoria que flexibiliza los viajes al extranjero para sus ciudadanos, que dejarán de necesitar el permiso de salida y la invitación del país de destino que debían presentar hasta ahora.

El gobierno de Raúl Castro anunció el pasado 16 de octubre la reforma, una de las más anheladas desde que el menor de los Castro asumió el poder en 2006. Desde hoy, los cubanos sólo necesitarán un pasaporte en regla y la visa del país de destino para poder viajar temporalmente fuera de la isla.

Desde 1976, los cubanos debían presentar un permiso de salida conocido coloquialmente como carta o tarjeta blanca, así como una invitación del extranjero para poder viajar a otros países.

La nueva Ley de Migración permitirá también a los cubanos prolongar sus estancias legales en el extranjero de 11 a 24 meses. Otra de las medidas anunciada en el marco de la actualización migratoria permite el regreso temporal de emigrantes que salieron ilegalmente de la isla después de 1994.

Se estima que la histórica reforma beneficiará a un gran número de cubanos que, siempre que puedan financiar el viaje y obtengan el visado del país de destino, podrán viajar con mayores facilidades al extranjero. Las autoridades cubanas han dispuesto 195 oficinas en todo el país para el trámite de pasaportes. Sin embargo, la reforma no implicará la salida masiva de la isla.

OTRAS RESTRICCIONES La reforma cubana plantea también otras incógnitas que se irán despejando sólo en los próximos días. ¿Podrán viajar profesionales de alta cualificación como los médicos, o los numerosos deportistas de alto rendimiento que tiene la isla? ¿Y podrán salir los disidentes políticos?

Al anunciar la medida, el gobierno cubano dejó entrever que seguirá habiendo restricciones para grupos considerados vitales para el país (con el fin de preservar el capital humano creado por la Revolución), así como por motivos de defensa y seguridad nacional.