Un diputado evangélico brasileño volvió a presentar un polémico proyecto de ley que permitiría a psicólogos tratar la homosexualidad como si fuera una patología, poco después de que sus colegas lo retiraron de la pauta de votación ante la inminencia de su derrota.
La iniciativa, conocida popularmente como cura gay, fue reintroducida en la corriente legislativa el miércoles por el legislador Anderson Ferreira a pesar de que el propio autor del proyecto, el diputado Joao Campos, pidió su retiro de la agenda de votación el martes al reconocer que no tenía apoyo para ser aprobada.
El proyecto, que despertó rechazo entre los manifestantes que tomaron las calles brasileñas la segunda quincena de junio, busca eliminar una norma del Consejo Federal de Psicología vigente desde 1999 que impide que profesionales del sector traten la homosexualidad como una patología que puede ser curada.
El propio Consejo Federal de Psicología, que regula el ejercicio de esa profesión, rechazó la iniciativa al considerar que la homosexualidad no es una patología ni un disturbio que pueda ser tratado.
NO TUVO ÉXITO La influyente bancada evangélica de la Cámara de Diputados intentó impulsar su aprobación y logró su votación en la Comisión de Derechos Humanos y Minorías presidida por el pastor Marcos Feliciano. Sin embargo, no contó con el apoyo del resto de los legisladores ante el rechazo que despertó en las manifestaciones callejeras de las últimas semanas.
El diputado Campos, un pastor evangélico del opositor Partido de la Social Democracia Brasileña, consideró que la intención de la iniciativa nunca fue tratar la homosexualidad como una enfermedad curable, sino dejar abierta la posibilidad de que homosexuales voluntariamente se pudieran tratar con un profesional de la psicología.
En la práctica el resultado sería que una persona mayor de 18 años, responsable por sus actos, que es homosexual y quiere ayuda para reorientar su sexualidad, pueda ser atendido por un psicólogo, explicó Campos, líder de la bancada evangélica en la cámara baja, en una entrevista reciente con The Associated Press.
Sin embargo, el presidente de la cámara baja, Henrique Eduardo Alves, calificó el proyecto de prejuicioso, inoportuno e inconveniente mientras que el legislador Jean Wyllys, primer diputado abiertamente homosexual en Brasil, consideró que legalizaría el charlatanismo.