El año más tormentoso para la diplomacia y la inteligencia estadounidense aún no acaba, ni las fiestas navideñas, ni el preludio al nuevo año le darán respiro a Estados Unidos, menos aún cuando por fin un magistrado asegura que las prácticas de espionaje de la Agencia de Seguridad Nacional pueden ir contra la misma Constitución estadounidense.
Richard León es un juez que no acepta que el Departamento de Estado continúe camuflando con diatribas proteccionistas y antiterroristas las ilegales prácticas de la NSA.
Por el contrario, León, tomando en cuenta el dictamen emitido por los activistas conservadores activistas conservadores Larry Klayman y Charles Strange, ha decidido dejar por sentado que hasta este momento el Estado que gobierna Barack Obama, no ha demostrado adecuadamente cómo el control de millones de metadatos telefónicos (número de teléfono, hora de llamada y lugar) en Estados Unidos ayuda a detener ataques terroristas.
No puedo imaginar invasión más indiscriminada y arbitraria que esta recolección sistemática de alta tecnología y la retención de datos personales de virtualmente todos los ciudadanos con el propósito de almacenar y analizar sin aprobación judicial, destaca el juez del distrito de Columbia en su dictamen de 68 páginas.
El magistrado considera además que con la llegada de los teléfonos móviles el gobierno estadounidense tiene ahora la capacidad de acaparar información mucho más compleja sobre la vida privada de los ciudadanos, señala la agencia de noticias EFE.
Los miles de ciudadanos y líderes políticos cuyo derecho a la privacidad ha sido vulnerado esperan atentos cómo se comportará este revés legal.
Desde junio de este año, las revelaciones de un sofisticado sistema de espionaje liderado por la Agencia Nacional de Seguridad (NSA) hechas por Edward Snowden, no habían tenido esta respuesta desde el poder judicial estadounidense.