El líder terrorista venezolano Ilich Ramírez Sánchez, alias Carlos el Chacal, inició este lunes en Francia un nuevo juicio de apelación por la muerte de 11 personas en los años ochenta.

Carlos, de 63 años, fue condenado a finales del 2011 a cadena perpetua por cuatro atentados en 1982 y 1983 en estaciones de tren, trenes y contra un periódico árabe en Francia, en los que murieron 11 personas y unas 150 resultaron heridas.

Es acusado de ser responsable de los ataques al tren París-Toulouse el 29 de marzo de 1982 y a la sede parisina de la revista árabe Al Watan Al Arabi el 22 de abril del mismo año.

También se lo responsabiliza del doble atentado el 31 de diciembre de 1983 contra el tren de alta velocidad Marsella-París y la estación de tren de Marsella.

Los fiscales franceses creen que él ordenó los ataques de 1982-1983 para presionar y lograr la puesta en libertad de dos miembros de su grupo, la alemana Magdalena Kopp y un suizo.

CARLOS EL CHACAL DESPIDIÓ A SUS ABOGADOS El Chacal, cuyo apodo se debe a una novela de Frederick Forsyth, fue el fugitivo más buscado del mundo durante la Guerra Fría, mientras planeaba grandes ataques contra objetivos occidentales.

Ramírez logró evadir la justicia durante años, hasta que fue capturado por fuerzas especiales francesas en Sudán en 1994. Desde entonces se encuentra en prisión en Francia.

Carlos niega cualquier participación en los hechos y apeló la condena. Este lunes se presentó ante el tribunal sin sus abogados.

El acusado anunció que había despedido a sus abogados y pidió al tribunal que designe reemplazos. ¿Una rubia, una morena?, habría dicho sonriente Ramírez, según los medios.

Prohibí a mis abogados que vinieran a defenderme, dijo y justificó su proceder alegando que las autoridades venezolanas se negaron a asumir los honorarios de los letrados. En tanto, el tribunal ya nominó a tres defensores públicos.

NO HAY MÁS POSTERGACIÓN Por su parte, el juez rechazó una postergación del proceso previsto inicialmente para que comience a finales de junio.

Se espera que Ramírez apele las pruebas utilizadas en la investigación, que se basó en los archivos de la policía secreta de la República Democrática Alemana (RDA), la Stasi, argumentando que eran poco fiables.

Su primera condena fue por el asesinato de dos policías franceses y un informante libanés en 1975.

La alemana Christa Fröhlich, coacusada en el caso, no se presentó, pues vive en Alemania y fue absuelta el 2011.