El futuro de un grupo de aviones de la era soviética ha despertado los temores sobre la posibilidad de un nuevo foco de tensiones en Europa. En un sorpresivo y delicado anuncio, Polonia ofreció entregar todos sus jets de combate MiG-29 a Estados Unidos para que puedan ser usados por Ucrania. La propuesta pasaría como un simple gesto de apoyo internacional si no fuera porque su ejecución significaría un papel más activo de un miembro de la OTAN en la guerra iniciada por Rusia el 24 de febrero.
La oferta de Polonia se encontró con un freno procedente de la misma OTAN. Estados Unidos no tardó en responder que las intenciones polacas no son viables y plantean graves preocupaciones a la alianza de defensa atlántica.
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No es una posición reciente. Representantes de Washington y de otros países occidentales ya habían negado la semana pasada la posibilidad de que un país de la OTAN entregara aviones de guerra a Ucrania.
A Sebastian Adins, profesor de Relaciones Internacionales en la PUCP, no le sorprende que la iniciativa haya venido de Polonia y no, por ejemplo, de Rumanía, que también es un país de la OTAN.
“Polonia desde hace siglos tiene problemas con Rusia y los rusos lo saben. Quizás es el país con la postura más proucraniana tanto dentro de la Unión Europea como en la OTAN, entonces no sorprende que esa oferta venga precisamente desde Polonia”, dice a El Comercio el experto, quien destaca, no obstante, que Varsovia hizo el ofrecimiento cubriéndose las espaldas.
El analista se refiere a que en el planteamiento polaco los aviones no serían enviados directamente desde Polonia hacia Ucrania, sino que llegarían a ese país a través de Estados Unidos. De hecho, el Ministerio de Asuntos Exteriores de Polonia planteó que las naves serían entregadas a la base aérea estadounidense de Ramstein, en Alemania, de manera gratuita.
“Que yo sepa, no se consultó previamente con nosotros que planeaban enviarnos estos aviones”, dijo en respuesta la subsecretaria de Estado de Estados Unidos, Victoria Nuland, quien dejó claro que el anuncio polaco fue una sorpresa.
¿Nuevo foco de tensión?
El ofrecimiento polaco ha sido visto con buenos ojos desde Ucrania, donde el envío de aeronaves de guerra podría levantar el ánimo ante la catástrofe humanitaria derivada del asedio ruso, aunque también aumentaría el riesgo de una conflagración más amplia.
Polonia no solo propuso que sus aviones de combate de fabricación soviética se unieran a las fuerzas de Ucrania, donde todos los aviadores pueden volar naves soviéticas, sino que instó a otros miembros de la OTAN en posesión de MiG-29 a seguir su ejemplo. En ese sentido, el primer ministro polaco, Mateusz Morawiecki, ha exhortado a “cortar el oxígeno a la máquina de guerra” rusa,
Rusia, que ya había advertido que apoyar a la fuerza aérea de Ucrania sería visto por Moscú como una participación en el conflicto y traería represalias, dijo este miércoles 9 que entregar aviones de combate a Kiev “es un escenario muy indeseable y potencialmente peligroso”.
La pregunta ahora es si esto es suficiente para que Rusia ponga en la mira a Polonia como un nuevo objeto de tensión y disputa en Europa.
Para Adins eso no es una opción, básicamente porque Polonia es un país miembro de la OTAN y, aunque es probable que haya críticas y choques verbales, no ve viable una escalada mayor.
“No considero que pueda haber algún tipo de reacción militar o de sanción económica unilateral a Polonia. Es miembro de la OTAN, es miembro de la Unión Europea y quizá por eso también Polonia hace lo que está haciendo. Si no fuera miembro de la OTAN realmente sería mucho más complicado”, señala.
En teoría, si Rusia iniciara un ataque contra Polonia se activaría el artículo 5 de la OTAN, lo que implicaría ya no una guerra entre Rusia y Ucrania, sino entre Rusia y todo el bloque.
Un estado en expansión
El experto recuerda que desde el 2009 Polonia se presenta como la potencia emergente de la parte central de Europa. Es la economía que más ha crecido, pero también es un país que pese a su dependencia energética de Rusia es el que más ha tratado de aliarse con Ucrania, y en su momento también con Moldavia y Bielorrusia.
“La lectura siempre ha sido que Polonia es un país que más allá de sus aspiraciones nacionales también tiene ese mensaje de que no va a permitir ningún avance geopolítico de Rusia en esta zona de Europa”, dice Adins
“La propuesta de Polonia es una mala noticia para Rusia, pero considerando los pocos avances que tiene Rusia en el terreno en Ucrania no creo que Moscú desee tener un segundo conflicto”, agrega.
Discrepancias entre los aliados
Pese a que Occidente se esfuerza en proyectar una imagen de unidad, la oferta polaca puso en relieve la discordia que puede existir entre los aliados, sobre todo en momentos en que Polonia y otras naciones de Europa del Este piden ayuda tras haber acogido a más de dos millones de refugiados desde que comenzó la invasión hace menos de dos semanas.
Adins enfatiza que, aunque no se menciona lo suficiente, las discrepancias en la OTAN siempre han existido. Recuerda que la misma promesa que hizo la OTAN para que Georgia y Ucrania entraran al bloque se tomó en el 2008 en una cumbre en Bucarest y fue impulsada por Estados Unidos, pese a que todos los europeos estaban en contra.
“La entonces canciller alemana Angela Merkel se opuso y dijo que no se podía hacer esa promesa porque sería una provocación hacia Moscú. Al final se hizo la promesa, pero sin presentarle a Ucrania alguna fecha. Y eso está trayendo consecuencias hasta la fecha, como lo estamos viendo”, explica. El reclamo de Ucrania de pertenecer a la OTAN es uno de los factores detrás de la guerra iniciada por Rusia.
Otras discrepancias están en el tema económico. “Estados Unidos acaba de decir que ya no va a importar gas y petróleo de Rusia porque ellos no tienen la misma dependencia energética que los europeos claramente sí tienen, entonces las discrepancias dentro de Occidente existen y van a seguir existiendo en el futuro”, dice el experto.
Las naves soviéticas
Ucrania ha estado pidiendo más aviones de combate a Occidente para hacer frente al asedio ruso. Un detalle importante es que los pilotos de Ucrania, que fue parte de la Unión Soviética hasta su desintegración, están entrenados para operar aviones de dicha era.
De hecho, la fuerza aérea ucraniana está exclusivamente compuesta por cazas soviéticos MiG-29 y Sukhoi-27 (defensa antiaérea y apoyo en tierra) y de cazabombarderos Sukhoi-25, según el “Balance militar” del Instituto Internacional para Estudios Estratégicos (IISS).
Polonia perteneció al Pacto de Varsovia hasta 1991 y si bien ha impulsado una modernización de su capacidad militar todavía tiene una treintena de antiguos aviones de fabricación soviética MiG-29, aunque solamente 23 estarían en condiciones de operar.
Según los expertos, militarmente es poco probable que los MiG-29 representen una diferencia en la fuerza ucraniana, debido a que la cantidad es relativamente pequeña. Además, son de capacidad inferior a los actuales aviones de Rusia, una superpotencia militar.
Según medios estadounidenses, Washington reemplazaría con modernos F-16 los MiG polacos.
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