VANESSA ROMO ESPINOZA
En todo su esplendor, la mantarraya se yergue hasta alcanzar los nueve metros de largo, hasta extenderse como una carpa gigante de tonos grises y blancos. En medio del mar, es un espectáculo casi atemorizante. Pero ella es inofensiva para los humanos que en diferentes partes del mundo se le acercan para conocerla, jugar con ella. Aunque la historia de este acercamiento no es siempre feliz.
En Guangzhou, ciudad al sur de China, la branquia de la mantarraya es parte fundamental de un remedio que venden como purificador de sangre. Nada comprobado científicamente, pero se ha convertido en tradición. Ese negocio ha despertado la caza frecuente del animal que solo tiene una cría cada dos a tres años, lo que ha generado que en la última década que sea vulnerable a la extinción.
Ante esto, una serie de convenios internacionales –el último firmado este año– ha fijado que esta especie debe ingresar en la lista de animales amenazados y se debe restringir su pesca y comercialización.
Sin embargo, en las costas norteñas del Perú, la pesca continúa. Los pescadores de Tumbes y Piura atrapan a las grandes mantarrayas y no están cometiendo ningún delito: en este país no existe aún una protección legal de la manta ‘birostris’ o mantarraya oceánica, que migra desde Ecuador, de acuerdo a estudios, luego de reproducirse en el norte.
Michel Guerrero es director del Proyecto Mantas Ecuador, instituto que investiga esta especie protegida en este país desde el 2009. “Hace unos años les pusimos a algunas dispositivos de rastreo para observar sus migraciones. De las 11 estudiadas, 8 migraron hacia el Perú. De repente vimos que algunas se acercaban a la costa, un comportamiento común. Hasta que nos dimos cuenta que una de ellas terminó en la casa de un pescador de Piura”, cuenta.
La experiencia del país norteño es lo que alentó al biólogo Yuri Hooker y a Carlos Lau, presidente de la Fundación Ballena Azul, a comenzar una campaña de sensibilización sobre esta especie, sobre todo teniendo en cuenta que el Perú es miembro de la Convención de Especies Migratorias y de la Convención Internacional de Especies Amenazadas, ambas con mandatos de protección a la mantarraya.
LLAMADA DE ATENCIÓN “En el país existe una incógnita sobre el estado de conservación de la especie”, dice Hooker.
Él es el que comenta que según observaciones ecuatorianas, cuando la mantarraya termina el proceso de apareamiento empieza a nadar hacia el sur. “Es muy probable que este pariendo en nuestro mar, pero cuando los pescadores las caputran, las desvisceran en altamar”, agrega.
Los pescadores de Tumbes las cazan sobre todo en La Cruz y Zorritos. En Piura, esta pesca se da en Colán. Aunque el kilo de carne no es costosa (S/.3,50), por el peso de cada una, que sobrepasa los 100 kilos, califica como negocio.
Aunque está en fase proyecto, el Ministerio de Producción ha lanzado un Plan de Acción Nacional para la Conservación de Tiburones y Rayas, en las que también se incluirán a la especie gigante.
Carlos Lau, de la fundación Ballena Azul, dice que ahora está en fase de recojo de opiniones de expertos. “Pero necesitamos leyes claras y fuertes para proteger a este animal”, añade.
Lau propone al turismo como una herramienta rentable de conservación de la mantarraya. “En Ecuador estudian medidas para avistarlas con medidas que no atenten contra su hábitat. Podemos desarrollar una solución similar”, dice.
En la industria china, el negocio de las branquias de estos grandiosos animales rinde US$11 millones al año. El del turismo, sin embargo, da US$100 millones en lugares como Hawaii o Indonesia. Por muchas razones, vale más una mantarraya viva que una muerta.
MÁS DATOS Una especie protegida 1. La lista roja de especies amenazadas de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza y de los Recursos Naturales (UICN) la considera como vulnerable en todo el mundo.
2. La Convención sobre la Conservación de la Especies Migratorias de Animales Silvestres (CMS) estableció su protección en el 2011. Perú es uno de los 116 países suscriptores de este convenio y todos ellos deben trabajar para tener medidas estrictas de protección para estos animales. De acuerdo a la CMS, esto incluye una prohibición de dañar los hábitats naturales en donde viven.
3. A inicios del 2013, la Convención Internacional de Especies Amenazadas de Flora y Fauna Silvestre definieron la regulación del comercio internacional de productos de todas las especies de mantarraya y pidió a los países integrantes que este comercio no siga amenazando la supervivencia de esta.