Con la finalidad de poder localizar aquellas que quedaron sin explotar y representan un gran peligro, la Fuerza Aérea estadounidense anunció que publicará en las próximas semanas una base de datos con las bombas arrojadas por su ejército desde la Primera Guerra Mundial.

Según informó el diario The Boston Globe, la elaboración de este informe, llamado Teatro Histórico de Reportes de Operaciones (o THOR por sus siglas en inglés) inició en el año 2006 bajo la supervisión del coronel Jenns Robertson, quien fuera parte del equipo de información para el jefe de personal de la Fuerza Aérea en el Pentágono.

La base de datos ya empezó a ser usada por el Departamento de Defensa y otras agencias del gobierno.