El papa Francisco decidió expulsar temporalmente al obispo alemán, Franz-Peter Tebartz-van Elst,apodado el obispo del lujo, de una diócesis, debido al escándalo que generó el proyecto de 31 millones de euros para construir una nueva sede episcopal.
El Vaticano no precisó cuánto tiempo estará fuera el obispo de Limburgo (Alemania) ni a dónde irá o qué hará. Dijo, en cambio, que la suerte del obispo se decidirá una vez se conozca el resultado de la investigación que realiza una comisión eclesiástica sobre los gastos.
Según el Vaticano, el vicario general de Limburgo, padre Wolgang Roesch, quien debía asumir sus labores el 1 de enero, lo hará de inmediato y dirigirá la diócesis durante la ausencia de Tebartz-van Elst.
En el centro de la controversia se ubica el costo de 31 millones de euros (42 millones de dólares) por la construcción de un nuevo complejo para la residencia del obispo y otras renovaciones. Tebartz-van Elst ha dicho que la factura abarcaba 10 proyectos, y que hubo gastos adicionales por las normas de inmuebles bajo protección histórica.
En ese sentido, el Vaticano remarcó que el Sumo Pontífice tomó la decisión con base en información continua y objetiva, en tanto que dejó entrever que no pesó el clamor popular en torno al escándalo. Al mismo tiempo, Francisco dejó claro que espera que sus obispos vivan de manera sencilla y puso de ejemplo el propio estilo de vida humilde de él mismo.
En un comunicado, el Vaticano dijo que la situación en la diócesis había llegado a tal punto que Tebartz-van Elst no podía realizar su ministerio episcopal por el momento.