Pálido y nervioso, así llegó a Moscú, el presidente ucraniano Viktor Yanukovich. El mandatario se reunió con Vladimir Putin para pedir ayuda económica que le permita al país que gobierna, sobrevivir.
El semblante de Yanukovich se explica por la ola de protestas que mantienen manifestantes pro Unión Europea desde hace semanas en Kiev. El jefe del segundo país con el ejército más grande en Europa, después de Rusia, parecía sentir que las manifestaciones lo seguían hasta Rusia.
Pocas horas después de reunirse con el jefe de estado de Ucrania, Putin anunció el resultado de la negociación: Yanukovich se llevaba de vuelta a Kiev 15.000 millones de dólares en créditos (10.900 millones de euros) y una contundente rebaja en los precios del gas.
Nadie recibe dinero o gas de Putin sin dar nada a cambio, advirtió el líder opositor Vitali Klitschko a través del diario Bild.
De todas formas, ambos mandatarios negaron haber llegado a algún tipo de acuerdo secreto en relación a la firma del Acuerdo de Asociación con la Unión Europea, algo que desde hace más de 20 días miles de manifestantes exigen desde Kiev.
La asistencia del Kremlin permite que Ucrania no caiga en la bancarrota. La ex república soviética enfrenta millonarias deudas, entre otros, con el Fondo Monetario Internacional (FMI).
Finalmente Yanukovich podrá tener algo de aire, aunque en Kiev se respire un clima áspero para el presidente, indicó la agencia DPA.