El cardenal Tarcisio Bertone, número dos del Vaticano, renunció el martes tras permanecer en el cargo casi todo el pontificado de Benedicto XVI, pese a las duras críticas que recibió por no haber evitado una serie de escándalos éticos y financieros en la Iglesia Católica.

Bertone, de 78 años, dejó su puesto como secretario de Estado, que ahora quedó en manos del arzobispo Pietro Parolin, un diplomático de carrera de 58 años.

La partida de Bertone es la ruptura más visible con la jerarquía dejada por Benedicto XVI y llega en un momento en que el Papa Francisco se prepara para revisar la reservada administración del Vaticano y su banco afectado por los escándalos.

Parolin, un ex nuncio vaticano (embajador) en Venezuela, es conocido por un estilo de vida austero a tono con las propias preferencias del Papa.

El arzobispo no estuvo presente en la ceremonia de entrega del cargo, debido a que se sometió a una cirugía mientras visitaba a su familia en el norte de Italia.

LAS ESPINAS DE BERTONE En su discurso durante el evento, Francisco hizo varias referencias a las dificultades que marcaron el ejercicio de Bertone como secretario de Estado, hablando de un período espinoso.

Bertone fue uno de los secretarios más controvertidos en la historia moderna del Vaticano. Ejerció su cargo durante un período marcado por escándalos e intriga y quedó bajo fuertes críticas y acusaciones de mala administración.

Pero Benedicto XVI, quien en febrero se convirtió en el primer Papa en 600 años en renunciar, lo apoyó y rechazó sugerencias de otros líderes de la Iglesia acerca de que Bertone debía ser despedido.

Aunque no tiene poder para decidir sobre temas doctrinales, el secretario de Estado queda a cargo cuando el Papa está enfermo. También establece el tono para la administración central del Vaticano, conocida como la Curia, y está involucrado en todo, desde las finanzas y la designación de obispos hasta las relaciones diplomáticas con más de 180 países.

Bertone fue culpado por no supervisar de cerca a la Curia, algunos de cuyos miembros han sido acusados de corrupción y favoritismo.

Uno de los escándalos más dañinos en impactar al Vaticano bajo Bertone fue el llamado Vatileaks, cuando el mayordomo de Benedicto XVI robó documentos sobre presunta corrupción del escritorio del Papa y los filtró a los medios.

OTROS CUESTIONAMIENTOS Esto coincidió con problemas en el Banco del Vaticano, que los magistrados italianos están investigando bajo sospecha de lavado de dinero.

El ex presidente del banco, Ettore Gotti Tedeschi, era una persona cercana a Bertone. El consejo del banco, oficialmente conocido como Instituto para las Obras de Religión, despidió a Tedeschi el año pasado diciendo que era incompetente. El dijo que fue echado porque quería un banco más transparente.

Bertone también fue culpado por no predecir los efectos de la decisión de Benedicto XVI de rehabilitar a un obispo tradicionalista que negó el alcance completo del Holocausto.

Enfrentó resistencia de su personal en la Curia porque, a pesar de no tener experiencia diplomática, fue puesto a cargo de los cuerpos diplomáticos del Vaticano.

Francisco ha dicho que la Curia debe estar menos encerrada en sí misma y menos centrada en el Vaticano.