Las autoridades de Rusia aseguran haber encontrado lo que llamaron sustancias narcóticas, entre ellas morfina, a bordo del barco Arctic Sunrise en el que 30 activistas realizaban una protesta y que fue retenido hace tres semanas.
Eso provocará que, según explicaron los investigadores del caso, además de por piratería, se presenten otros cargos por delitos más graves contra los 30 detenidos.
Tras conocerse esta acusación, el abogado de Greenpeace en Rusia, Mijail Kreindlin, recordó que el barco se encuentra desde hace mucho tiempo sin tripulación y bajo control de gente desconocida y, aunque afirmó no querer acusar a nadie, aseguró que allí se puede encontrar cualquier cosa.
Más temprano, el director de la organización internacional Kumi Naidoo escribió al presidente Vladimir Putin y se ofreció para actuar como garante de la buena conducta de los activistas si se les ponía en libertad bajo fianza.
Naidoo pidió una reunión con Putin y que se retiren los cargos de piratería al decir que no tienen sentido.
Los 30 activistas, entre los que hay tres latinoamericanos, estaban acusados de piratería después de que el pasado mes dos de ellos intentaran abordar una plataforma de crudo de Gazprom, la petrolera estatal rusa, en el Ártico.