La expectativa que la legalización de la marihuana ha causado entre consumidores y organizaciones podría reducirse cuando tomen en cuenta que: la despenalización no implica liberación absoluta.

La ley contempla que la venta de cannabis estará restringida únicamente a aquellos que cuenten con la nacionalidad uruguaya.

Esto deja fuera a turistas y extranjeros que hagan escala en el primer país del mundo donde el Estado intenta traerse abajo al mercado negro de la marihuana, comercializándola a un dólar el gramo, y permitiendo su cultivo fiscalizado.

Mientras tanto, la ONU ha advertido al gobierno uruguayo de estar violando acuerdos internacionales que ha suscrito antes de aprobar la ley. Entre ellos está la Convención Única sobre Estupefacientes de 1961.