Los principales gremios empresariales de Venezuela rechazaron hoy la forma elegida por el gobierno de Nicolás Maduro para contener las alzas de precios, al tiempo que llamaron a respetar la propiedad privada y advirtieron de que los precios no se decretan.
Está muy bien que se fiscalicen los comercios, pero dentro del marco del respeto a la propiedad privada, dijo el presidente de Consejo Nacional del Comercio y los Servicios (Consecomercio), Mauricio Tancredi, al canal privado Globovisión.
De este modo, Tancredi rechazó la ocupación de una cadena de electrodomésticos y la orden de vender sus artículos a precio justo realizada el viernes por Maduro, por estar, supuestamente, especulando con los precios de los productos.
Maduro anunció, además, dentro de la nueva ofensiva la ampliación a todos los bienes y servicios de los controles de precios que desde hace años rigen sobre una canasta de productos.
Para Tancredi, colocar precios unilateralmente no es lo que le conviene al mercado y si el Gobierno quiere acotar algunos precios debe conversar con los empresarios, los trabajadores y los consumidores.
Evidentemente que no estamos de acuerdo con que se decreten unos precios, señaló tras culpar del desabastecimiento de bienes básicos que sufre la economía al control de cambios que rige en el país hace una década y a los controles de precios, que en algunos casos no se han flexibilizado pese a la aceleración de la inflación.
CACERÍA DE BRUJAS A las críticas de Consecomercio se sumaron también las del mayor gremio empresarial del país, Fedecámaras, cuyo presidente, Jorge Roig, denunció una cacería de brujas en el sector comercial y llamó a la reflexión sobre la gravedad de la situación económica.
Todas estas medidas, que lo que pretenden es tener más represión, más confiscación, más expropiación de empresas, por supuesto que están alejando a los posibles agentes económicos y lo que es previsible es que haya mayor desabastecimiento y mayor inflación el próximo año, dijo Roig a Globovisión.
El dirigente calificó de imposible fijar los precios a todos los productos al indicar que la economía no se puede decretar desde una mesa.
Tanto Roig como Tancredi coincidieron en llamar a la tranquilidad frente a las largas colas que se generaron en todo el país en busca de los electrodomésticos rebajados y que en la ciudad de Valencia (centro) derivaron en el saqueo de una sucursal de la cadena de tiendas Daka intervenida por el Gobierno.
El gobierno acusa a Consecomercio y a Fedecámaras de ser los artífices, junto con grupos opositores, de una guerra económica para desestabilizarlo, en momentos en que la inflación llega a un 45 % en los primeros diez meses del año y se siente la escasez de algunos productos en los supermercados.