Venezuela confirmó el martes que cerró su espacio aéreo a las aeronaves que tengan como origen o destino Argentina. En respuesta, Buenos Aires dijo que inició acciones diplomáticas contra Caracas. El impase se produce casi un mes después de que Estados Unidos confiscara un avión de carga de la estatal venezolana Emtrasur que se encontraba retenido en Argentina desde el 2022 y que había sido vendido por una aerolínea iraní sancionada por Washington.
“Venezuela ejerce plena soberanía en su espacio aéreo, y reitera que ninguna aeronave, que provenga o se dirija a la Argentina, podrá sobrevolar nuestro territorio, hasta que nuestra empresa sea debidamente compensada por los daños causados, después de las acciones ilegales realizadas solo con el fin de complacer a sus tutores del norte”, en referencia a Estados Unidos, dijo el ministro de Relaciones Exteriores de Venezuela, Yván Gil, en la red social X.
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“El gobierno neonazi de Argentina, no solo es sumiso y obediente con su amo imperial”, señaló Gil. “Pretende desconocer las consecuencias de sus actos de piratería y robo contra Venezuela, las cuales fueron advertidas en reiteradas ocasiones antes del acto delictivo cometido contra Emtrasur”.
Antes de la declaración de Gil, Argentina había condenado el mismo martes el cierre del espacio aéreo venezolano paras sus naves y anunció que tomará medidas.
“La república Argentina inició acciones diplomáticas contra el gobierno de Venezuela, gobierno encabezado por el dictador (Nicolás) Maduro, tras su decisión de impedir el uso del espacio aéreo en aquel país por cualquier aeronave argentina”, declaró el vocero de la Presidencia, Manuel Adorni.
“Argentina no se va a dejar extorsionar por los amigos del terrorismo”, añadió Adorni.
Adorni sostuvo que la decisión de Caracas afecta la operatoria de Aerolíneas Argentinas en sus rutas a Nueva York, Miami y Punta Cana.
El viernes, el Gobierno de Argentina ya había presentado una nota de protesta contra Venezuela por la decisión, y adelantó que se tomarán las medidas correspondientes en el ámbito de la OACI (Organización de Aviación Civil Internacional), una organización de las Naciones Unidas que tiene como finalidad establecer reglas básicas de cooperación aérea entre todos los países, por violar el Convenio sobre Aviación Civil Internacional, conocido como Convenio de Chicago (1944).
Como señala la agencia AFP, las relaciones entre Venezuela y Argentina cayeron en picada tras la llegada al poder del presidente Javier Milei, con quien el mandatario Nicolás Maduro intercambia insultos con frecuencia, algo que dista mucho de la relación que tenía con su aliado el peronista Alberto Fernández cuando esta estaba en el poder.
La historia del avión de Emtrasur
Esta historia tiene su origen en junio del 2022, cuando el avión Boeing 747-300M de la empresa estatal venezolana Emtrasur, que forma parte de Conviasa, quedó varado en el aeropuerto de Buenos Aires por falta de combustible.
Debido a las sanciones impuestas contra Venezuela, la empresa Shell se negó a suministrar combustible a la aeronave en el Aeropuerto Internacional de Ezeiza.
Antes de llegar a Argentina, la aeronave había partido del Aeropuerto Internacional de Querétaro, en México, el 6 de junio, según el gobernador de ese estado, Mauricio Kuri.
De acuerdo con la revista Forbes, Emtrasur no tenía permiso para operar en México.
El avión transportaba autopartes de la empresa francesa SAS (del proveedor automotriz global Fauresia), que opera una planta en Querétaro, para su entrega en territorio argentino a la compañía automotriz Volkswagen, para los asientos de sus autos TAOS.
Tras no poder recargar combustible, la nave partió a Montevideo el 8 de junio con la reserva que le quedaba, pero Uruguay le denegó acceso a su espacio aéreo, por lo que debió regresar al aeropuerto argentino.
Una vez que la nave regresó a Buenos Aires, las autoridades retuvieron los pasaportes de los 19 tripulantes (14 venezolanos y cinco iraníes), y se les autorizó una estancia provisoria sin ingreso legal al país.
Tras una inspección exhaustiva de la carga y el avión, no se encontró nada relevante.
De acuerdo con BBC Mundo, a las autoridades argentinas les llamó la atención que la tripulación era mucho mayor a la requerida para vuelos de estas características. Emtrasur aseguró entonces que los tripulantes iraníes eran instructores de vuelo.
El 17 de junio, el entonces ministro de Seguridad de Argentina, Aníbal Fernández, declaró que la Policía Federal no encontró ninguna conexión entre la tripulación de la aeronave con organizaciones terroristas.
El 18 de junio, el juez federal Federico Villena confirmó que no había evidencia de vínculos con el terrorismo islámico o el espionaje ilegal.
El 27 de junio, el juez Villena ordenó la devolución de los teléfonos celulares de los 14 venezolanos de la tripulación, pero retuvo los dispositivos de los cinco tripulantes iraníes.
El 19 de junio, el Tribunal del Distrito de Columbia, en Estados Unidos, emitió una orden de incautación del Boeing 747 de Emtrasur debido a presuntas violaciones de las leyes de control de exportaciones de Estados Unidos.
Además, Washington aseguraba que el aparato servía para operaciones encubiertas de agentes venezolanos e iraníes en toda América Latina.
El 2 de agosto, el juez Villena autorizó la salida de Argentina de parte de la tripulación.
Ese mismo día, el Departamento de Justicia de Estados Unidos solicitó a las autoridades argentinas la incautación del avión.
Tres días después, el juez Villena accedió al pedido de Estados Unidos de incautar el avión venezolano, en el ámbito del Tratado de Asistencia Jurídica Mutua en Asuntos Penales.
Antes de pertenecer a la empresa estatal venezolana Emtrasur, el Boeing había operado con Mahan Air, aerolínea iraní sancionada por Estados Unidos en el 2008 por sus vínculos con la Fuerza Quds, el poderoso brazo paramilitar de élite del Cuerpo de la Guardia Revolucionaria Islámica de Irán, a la que Washington considera una organización terrorista, de acuerdo con BBC Mundo.
Al piloto del avión, Gholamreza Ghasemi, Estados Unidos le atribuyó haber sido miembro de la Guardia Revolucionaria iraní.
Washington afirma que Mahan Air presta transporte de armas y combatientes a la Guardia Revolucionaria Islámica de Irán.
Además, Estados Unidos sostuvo que la operación de compra del avión se hizo violando la normativa estadounidense de control de exportaciones.
Específicamente, Estados Unidos afirmó que al estar sancionada, Mahan Air no puede vender un avión de fabricación estadounidense a un tercero.
Finalmente, en la madrugada del pasado 12 de febrero, el Boeing 747-300M Dreamliner partió rumbo a Estados Unidos.
Según el Departamento de Justicia, el Gobierno de Estados Unidos confiscó el avión en el aeropuerto ejecutivo de Opa-Locka, en el condado de Miami-Dade.
“El decomiso por parte de Estados Unidos del avión de carga Boeing 747 culmina más de 18 meses de planificación, coordinación y ejecución por parte del gobierno de Estados Unidos y nuestros contrapartes argentinos”, dijo entonces Markenzy Lapointe, el Fiscal de Estados Unidos para el Distrito Sur de Florida.
Luego, el Departamento de Justicia anunció que la aeronave iba a ser preparada “para su eliminación”.
El Gobierno Venezolano calificó la entrega del avión de “robo” y el 15 de febrero Nicolás Maduro llamó “bandido” al presidente argentino Javier Milei.
El pasado 29 de febrero, durante un acto multitudinario en Caracas, Maduro denunció que Estados Unidos “descuartizó” el avión en Miami.
“Fuimos informados de un acto vil, criminal, indignante: en un aeropuerto de Miami, en la Florida, el imperio gringo vengativo, perverso, con toda su maldad, procedió a descuartizar el avión de Emtrasur, el avión de Conviasa que nos habían secuestrado”, dijo Maduro.
“Le quitaron el color de la bandera, (…) le borraron el nombre de Emtrasur y luego lo descuartizaron y lo picaron a pedazos”, continuó.
Los aliados Irán y Venezuela
Venezuela e Irán son aliados que estrecharon su relación durante los gobiernos de Hugo Chávez y Mahmud Ahmadineyad a inicios de este siglo.
En la actualidad, Venezuela sigue siendo uno de los principales socios políticos de Irán en América Latina.
Ambos países han suscrito una gran cantidad de acuerdos petroleros y económicos.
En el plano geopolítico global, Venezuela e Irán forman parte de un frente político antiestadounidense con el apoyo de Siria y de otros gobiernos latinoamericanos como el de Cuba, Nicaragua.
Como recuerda BBC Mundo, durante el gobierno de Maduro, Irán ha ayudado a Venezuela con envíos de gasolina. Además, se cree que a Caracas han llegado técnicos iraníes que han ayudado a reparar las deterioradas refinerías venezolanas.
Por el contrario, Estados Unidos y Venezuela tienen una tensa relación que los llevó a romper relaciones diplomáticas en el 2019, luego que Washington reconociera, junto a medio centenar de países, el simbólico gobierno interino del opositor Juan Guaidó, ahora exiliado en ese país.
Sin embargo, el año pasado Estados Unidos relajó algunas de las sanciones económicas en Venezuela a cambio de que en el país se desarrollen elecciones libres y democráticas. Pero ante el incumplimiento de Caracas, ha empezado a reinstaurar algunas de esas sanciones y ha advertido que en abril podrían volver todas si no cumple con lo estipulado en el denominado Acuerdo de Barbados.
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