En la bancada de Fuerza Popular (FP) parece existir en estos das una cierta ambigedad con respecto a la idea de formar una o varias comisiones especiales para investigar distintos aspectos de la gestin humalista que acaba de terminar.
Antes de ayer, despus de que el congresista Rolando Retegui hubiese presentado das antes una mocin para la creacin de una comisin multipartidaria que auscultase las denuncias de usurpacin de funciones que pesan sobre Nadine Heredia, el vocero alterno del referido grupo parlamentario, Daniel Salaverry, declar que iban a pedir al pleno que cada comisin ordinaria se abocase a investigar los temas del gobierno pasado relacionados con su especialidad (la lnea 2 del metro en Transportes, los gastos militares en Defensa, etc.) y que los casos de ndole poltica quedasen reservados para la comisin de Fiscalizacin. Las megacomisiones provocan gasto al Estado y no son tan eficaces, sentenci. Y con nimo dicharachero agreg: Quien mucho abarca, poco aprieta.
Menos de 24 horas despus, sin embargo, el vocero titular de la conformacin parlamentaria fujimorista, Luis Galarreta, habl de un comentario equivocado de algn miembro de la bancada y anunci que s hay temas especficos que tendrn que ir a dos o tres comisiones investigadoras. Y si bien sostuvo que el temperamento de las otras bancadas sera gravitante para determinar lo que finalmente habr de ocurrir en esta materia, es obvio que la opinin decisiva les corresponder a ellos, pues la mayora que ostentan en el Legislativo es absoluta.
Asumiendo, pues , que no habr ms contramarchas al respecto, todo parece indicar que tendremos una o varias comisiones netamente polticas dedicadas a revisar el proceder de la administracin anterior en ms de un terreno. Y decimos polticas por el prurito de denuncia sobre la situacin dejada por el humalismo saliente que domin la disposicin de FP a dar o negarle la confianza al Gabinete Zavala el da de su presentacin ante el Congreso.
As las cosas, es legtimo temer por la efectividad del esfuerzo. Como demostr la megacomisin formada en el Parlamento anterior para investigar la ltima gestin aprista, aquello puede terminar siendo ms una puesta en escena para atraer las cmaras que una jornada efectivamente esclarecedora, y las consecuencias legales que se derivan de ella tienden a ser escasas, cuando no inexistentes.
Con las cortapisas que supone haber trasladado milimtricamente la concepcin del debido proceso que rige en el foro judicial al foro parlamentario, adems, el margen de lo susceptible de ser establecido en esa instancia es aun menor. Pensemos, por ejemplo, en las posibilidades reales de fijar de un modo inequvoco y por eso mismo, ms tarde sancionable la pretendida usurpacin de funciones que se le atribuye a la ex primera dama.
Lo ms probable es que se consiga una coleccin de testimonios verosmiles al respecto y nada ms. Y eso alcanzar, como decamos, para mellar polticamente al nacionalismo y a la pareja que lo lidera, pero no para encauzar a persona alguna. Una tarea que s debe emprender y fuera del ruido poltico el Ministerio Pblico y el Poder Judicial a raz de los serios indicios de acciones potencialmente delictivas que rodean a la administracin humalista.
La formacin de comisiones de esa naturaleza, en consecuencia, da la impresin de ser una peregrinacin obligatoria o simblica; es decir, el cumplimiento de un acto ritual, antes que el empeo por contribuir a que se haga justicia a propsito de hechos eventualmente delictivos. Y eso, a la larga, ocasiona el manoseo de una causa tan necesaria para la salud del Estado como la de la lucha contra la corrupcin.
Pensndolo bien, entonces, quiz s valga la pena que el fujimorismo considere una ltima contramarcha, porque esta peregrinacin podra resultar ociosa y contraproducente.