Hoy culmina el mandato del presidente Humala. Y hoy, por lo mismo, podemos, con justicia, mirar hacia atrs y preguntarnos qu recogern los libros cuando los historiadores escriban sobre su gobierno. Por supuesto, la tirana del espacio de un diario no permite el abundamiento en detalles que concede la extensin de los tratados histricos. Por eso, en este editorial, nos enfocamos en los actos de gobierno del pasado quinquenio que El Comercio considera que ms han marcado la historia reciente del Per.
Seguridad. Siendo esta la principal preocupacin ciudadana, no podramos empezar por otro tema. Quiz la mejor manera de abordarlo sea mencionar que, cinco aos ms tarde, casi todos los indicadores de seguridad ciudadana evaluados por el INEI han empeorado. La tasa de homicidios pas de 5,4 a 7,2 por cada 100 mil habitantes, el 90% de la poblacin se siente insegura al transitar por la calle y el 76% considera que la delincuencia se ha agravado durante este gobierno. Tenemos, adems, segn mediciones internacionales, una de las tasas de victimizacin ms altas del continente.
La falta de norte en materia de seguridad no solamente queda en evidencia cuando hacemos la cuenta de que por el Mininter pasaron siete titulares. Adems, la improvisacin qued clara en actos como cuando, en octubre del 2011, se descabez a la Polica Nacional, dejando solo 12 generales, para multiplicarlos luego hasta llegar a 85, casi el triple de lo que los expertos consideran suficientes en la pirmide policial.
Los escndalos en el manejo del sistema penitenciario fueron otra constante. Al hacinamiento, se sumaron fugas de reos, fiestas en los penales, trfico de celulares y extensos retrasos en la instalacin de bloqueadores. El saldo: las crceles funcionan hoy como centros de comando y formacin del crimen.
Por otro lado, en la lucha contra el narcoterrorismo hubo avances pero tambin fallas. La captura de Artemio en febrero del 2012 signific un hito en el Alto Huallaga y llev a finalizar el estado de emergencia que rigi en la zona por ms de 30 aos. En el Vraem, las Fuerzas Armadas abatieron a los cabecillas narcoterroristas Alipio, Gabriel y Alfonso, en el 2013, y destruyeron ms de un centenar de pistas de aterrizaje clandestinas. Sin embargo, eventos como el secuestro de 36 trabajadores vinculados al proyecto Camisea en el 2012 y la muerte de 10 personas en una emboscada terrorista en abril de este ao, apuntan a que el control sobre la convulsionada zona es an un distante deseo.
Economa. Si comparamos al Humala de La gran transformacin con el que habit Palacio, es inevitable sentir que tuvimos suerte. No obstante, que el presidente no haya tirado por la borda la economa tampoco quiere decir que haya que felicitarlo alegremente.
Empecemos por las cifras ms relevantes: durante este gobierno la pobreza se redujo al 21,8%, 6 puntos porcentuales de avance frente a los 18 que redujo el gobierno anterior. Asimismo, el 2015 cerr con una tasa de crecimiento anual de 3,3%, frente al 6,1% del 2012. Finalmente, en los dos ltimos aos, la inversin privada como porcentaje del PBI cay 2,6 puntos porcentuales, mientras que la inversin pblica cay 0,8. En pocas palabras, antes nos iba mejor.
El gobierno justific la desaceleracin con la cada de los precios de los minerales. Ese fue un factor importante, pero Humala tambin tuvo grandes tropiezos que contribuyeron a espantar los mercados. Para empezar, las seas que el presidente dio de su falta de aprecio por la inversin privada. Por ejemplo, su afn por aumentar la actividad empresarial estatal, especialmente la de Petro-Per, incluyendo el intento de adquirir los activos de Repsol y el relanzamiento de la refinera de Talara. Una obra que aprovech para reivindicar al dictador Juan Velasco y prometer que rescatara lo bueno de su modelo econmico. Y como esos, los ejemplos son varios y particularmente graves viniendo de quien asust en campaa con un plan econmico chavista.
A esto se le sum que el oficialismo lanz sobre las empresas una de las maraas regulatorias ms grandes de las que hemos sido testigos: descabelladas normas de salud y seguridad en el trabajo, estndares ambientales que no existen ni en los pases desarrollados, facultades arbitrarias para la Sunat, nuevas entidades impredecibles como Sunafil, injustificados aportes regulatorios y, en fin, una multitud de reglas que constrieron las posibilidades de los inversionistas.
Ahora, no podemos dejar de reconocer que en el campo econmico hay cosas que s se hicieron bien. Para empezar, la macroeconoma se manej de manera muy responsable. Por un lado, porque se mantuvo en la conduccin del BCR a Julio Velarde. Por otro lado, porque los dos ministros de Economa tuvieron una gestin muy sensata y especialmente meritoria teniendo en cuenta que lidiaban con un presidente que nunca entendi la importancia de los mercados.
Asimismo, hay que resaltar que el presidente Humala dio importantes pasos en comercio internacional, con los avances dentro de la Alianza del Pacfico y la negociacin del Acuerdo Transpacfico.
Finalmente, hay que destacar que, en la foto regional, nuestro pas est mejor que la gran mayora de sus pares. Alguien, por supuesto, podra decir que por esto ltimo habra que ver el vaso medio lleno y no medio vaco. No obstante, teniendo en cuenta los niveles de pobreza que an enfrenta el Per, no podemos ms que ser crticos respecto de las oportunidades de crecimiento perdidas y lamentar que, de no haber cometido el gobierno tantos errores, hoy los peruanos podramos estar mucho mejor.
Polticas sociales. Lo ms destacable es, sin duda, el avance en educacin escolar. La permanencia del ministro Saavedra en el Gabinete de PPK es un reconocimiento de que existe consenso de que las cosas se han hecho bien en un sector difcil. Para muestra, un botn: segn los resultados de la ltima Evaluacin Censal de Estudiantes, entre el 2014 y 2015 la cifra de escolares que entienden lo que leen pas de 44% a 50%. Y el estudio Terce, preparado por la Unesco y publicado en el 2014, muestra que los alumnos de primaria han mejorado sus resultados en comprensin lectora, ciencias y matemticas con relacin al 2006.
Respecto a los nuevos programas sociales, por otra parte, hay que notar que an queda por averiguar, con el tiempo su efectividad. No obstante, hay que resaltar que no fueron utilizados polticamente (como en otros gobiernos) y que, ms bien, permanecieron en manos tcnicas, gracias a su profesionalizacin dentro del Midis. El corte asistencialista de los mismos, no obstante, los deja en una situacin de riesgo permanente de verse manipulados con fines clientelistas. Programas productivos, que aseguren una real salida de la pobreza, se quedaron en la bandeja de pendientes.
Conflictos sociales. Otro de los sellos distintivos de la gestin que hoy deja el cargo fue el fracaso en el manejo de los conflictos sociales. Los ejemplos ms elocuentes fueron los casos de los proyectos mineros de Conga, Ta Mara y Espinar. Pese a que las empresas involucradas cumplan todas las exigencias legales, el gobierno no supo cmo defender los proyectos y a la poblacin que se beneficiara de ellos de opositores que usaron la violencia y la desinformacin para bloquear sus operaciones. El presidente, desgraciadamente, ser recordado por no haber encontrado la manera de hacer valer el Estado de derecho y por haber sembrado l mismo la semilla de esos conflictos cuando, como candidato, prometa: Agua s, oro no. Bien dicen que el que siembra vientos cosecha tempestades.
Relaciones exteriores. En este mbito hubo un gran logro: la continuacin del estupendo trabajo iniciado por dos gobiernos anteriores que llev a la resolucin de la controversia limtrofe con Chile en la corte de La Haya, que reconoci la soberana del Per sobre un rea de 50.182 kilmetros cuadrados de mar y los recursos all existentes. Un logro, sin duda, histrico.
Tambin hubo, sin embargo, un motivo de vergenza: la actitud pasiva que tuvo el presidente Humala respecto de los atropellos a los derechos humanos que cometa el gobierno chavista de Venezuela.
Poltica y corrupcin. La encuesta de El Comercio-Ipsos que despide a Humala sita la corrupcin como el segundo mayor problema que empeor durante su mandato. Cosa que no sorprende, pues el presidente, su esposa (cuyo papel preponderante y negativo en el gobierno hoy es evidente) y sus colaboradores llenaron recurrentemente de escndalos las pginas de la prensa. Hagamos un rpido recuento: los viajes de representacin de Alexis Humala a Rusia, el escndalo de Brujas de Cachiche que hizo caer al vicepresidente, el descubrimiento de que Antauro Humala viva en una crcel dorada, la revelacin de que el ex operador de Montesinos scar Lpez Meneses reciba amplio resguardo policial, el destape de que Martn Belaunde Lossio (ex financista, amigo y asesor de la pareja Humala-Heredia) us sus influencias para que una empresa ganara obras estatales por S/150 millones o el escndalo de las agendas de la primera dama que ech luces sobre los orgenes posiblemente irregulares de las finanzas del Partido Nacionalista y de la pareja presidencial.
Ahora, quiz el escndalo ms grande fue el descubrimiento de que el servicio de inteligencia que reportaba directamente al presidente espiaba a opositores, periodistas y hasta a miembros del mismo Partido Nacionalista. Un destape que culmin con la primera censura de un jefe del Gabinete Ministerial desde 1963.
No es casual que la sensacin imperante sea que el gobierno que prometi honestidad para el cambio no supo caminar derecho.
En fin, ms all de los escndalos, el pobre manejo poltico del presidente saliente es uno de los factores que ms ensombrece los aciertos que tuvo su gobierno. No es casual que Ollanta Humala llegue al fin de su mandato con la popularidad por los suelos, una bancada parlamentaria casi reducida a la mitad, una vicepresidenta desafiliada, un ex vicepresidente separado del partido, sin representantes para el prximo quinquenio y sin aliados polticos. Ollanta y Nadine, de esta forma, se despiden en soledad del Palacio que juntos gobernaron. Y salen por la puerta falsa luego de cinco aos en los que sus principales enemigos fueron ellos mismos.