No es un hombre alarmista, pero sí llama la atención en voz alta porque está profundamente preocupado. Le hemos pedido a David Tuesta, presidente del Consejo Privado de Competitividad, que se olvide de los tecnicismos económicos y nos cuente lo que piensa del momento actual. No pierde la esperanza, pero lo dice con todas sus letras: nos falta un líder que nos saque del profundo hoyo en el que estamos.
— Usted estuvo llamando siempre la atención del enorme costo que genera a la inversión y al trabajo la inseguridad en nuestro país. El ministro del Interior, Vicente Romero, acaba de renunciar.
Que haya cambios continuos en un Gabinete evidencia inestabilidad política. Aquí hay un tema de responsabilidad en el Ejecutivo, que no elige a las personas adecuadas para que gestionen un problema tan gordo como el de la inseguridad. El próximo ministro no será el salvador, pero tiene que saber coordinar con un equipo serio. Se debe recuperar un trabajo de inteligencia policial y esperamos que la persona elegida trabaje sin descanso para desarticular a todas las bandas existentes. Que sea un ministro que entienda el problema y no que llegue a aprender.
LEE TAMBIÉN | Vladimir Cerrón: ONPE no transferirá fondos a Perú Libre mientras no cambie de representante legal
— Hemos tenido 10 ministros del Interior solo entre Castillo y Boluarte...
Y eso demuestra que no hay quién controle el sector, porque cambia de cabeza constantemente. Eso me preocupa. La inseguridad afecta duramente el desempeño y desarrollo de la economía y es el tema central. Los pequeños empresarios señalan claramente cómo afecta su negocio.
— En el Perú, otra vez estamos hablando de secuestros y eso solo ocurría en tiempos del MRTA. El alcalde de Lima ya habla de terrorismo urbano...
Lo que está ocurriendo es gravísimo. Los estudios económicos ya señalan que con alta delincuencia se pierde entre 1% y 2% del producto bruto interno; a eso estamos llegando en varias zonas del país altamente peligrosas. El Perú no es San Isidro y Miraflores, y lo que están sufriendo en las zonas periurbanas del país es dramático. En muchas zonas, la autoridad es la delincuencia: se cobran cupos para no matarte. Al final, eso genera un cierre de negocios y una aceleración del incremento de la pobreza.
— El año pasado, se fueron 400 mil peruanos. En nuestro país triunfa la minería ilegal con todo lo que implica. El narcotráfico ha pasado a niveles de cultivo en hectáreas de coca que ni en tiempos del ‘Vaticano’ eran imaginables; Madre de Dios está tomada por el crimen organizado. Y hay un grupo de izquierda que señala que esto no se resuelve con Boluarte.
Yo siempre dejo espacio para la duda. Siempre hay hechos impredecibles que tiene la política para que el país pueda seguir funcionando hasta el 2026. Pero uno no sabe cómo va a empezar a reaccionar la calle si la situación económica y de inseguridad en las calles no mejora.
— Los emprendedores están denunciando la angustia frente a la extorsión, el pago de cupos...
El daño es muy grave. Hemos hecho un estudio con 1.500 bodegueros, que es una muestra representativa del sector. El 95% de la fuerza laboral del Perú está concentrada en ese segmento, en los pequeños negocios y ellos son los emprendedores, los autoempleados, y en su gran mayoría están dentro de la informalidad. ¿Cuál es el mayor problema, lo que afecta sus negocios? El 83% de esos bodegueros dice que la inseguridad, el robo, la extorsión es el problema más grave y adicionalmente las inspecciones arbitrarias, el abuso de autoridad, los cierres de local. Es lo que yo llamo el sometimiento a un Estado bipolar: te abandona completamente, a la de Dios, y cuando vienes te abraza hasta asfixiarte. Por eso tanta informalidad. Apenas comienzas a crecer, te plantean las mismas exigencias que a una corporación.
— ¿Gran parte de tanta informalidad es porque los pequeños empresarios no tienen la capacidad de pagar todos los derechos laborales establecidos en la ley?
Varios estudios indican que si tú quieres contratar y pagar AFP, CTS, vacaciones, etc., todo eso cuesta 70% más del salario base. Eso no incentiva a nadie. ¿Quién puede pagar eso? Las grandes empresas. ¿Y por qué lo pueden pagar? Porque contratan a trabajadores que, digamos, en términos prácticos, salen a cuenta pues son de alta productividad. Entonces, van a rendir un montón, educados en buenas universidades, con posgrado y maestría. Si tú pones esa carga en el terreno de la pequeña empresa, es imposible que pueda entrar a la formalidad y, cuando lo hace, le cae todo el peso del Estado con el precio de la ley.
— Entonces, ¿estamos condenados a ser un país informal?
Lamentablemente, es una conclusión válida.
— ¿Y esta situación no es excluyente y discriminatoria? El 75% de los trabajadores peruanos no tendrá jubilación y menos acceso a un buen sistema de salud. ¿En quién pensamos cuando hablamos de trabajador?
En el terreno laboral, estamos perdidos en discusiones ideológicas. Queremos dar los derechos laborales de una economía de altísima productividad, pero en el Perú hay dos países. Hay que salir de esa discusión ideológica y tener una cuota de realidad, porque a la postre lo que está sucediendo es que tenemos un país excluyente.
—¿Dina Boluarte es consciente de que hemos tocado fondo?
Ese es el tema. No pueden estar diciendo solamente que todo es culpa de Castillo, que hay una nueva presidenta, que sí quieren alentar la inversión privada y un largo etcétera. No basta. Ese discurso tiene que venir complementado con acciones que demuestren que dices la verdad.
— Por ejemplo...
Mencionaré tres aspectos que preocupan a todos. ¿Quieren un ‘shock’ de confianza? Revisemos la primera capa. Para exigir confianza, tienes que ser confiable. ¿Cómo serlo si, por los reportajes, siguen existiendo las mismas mañas que existían con Castillo? Concursos para puestos públicos dirigidos claramente a los amigos; varios ministerios donde existen claras dudas respecto al uso y abuso de los recursos del Estado. Los actos de corrupción deberían desaparecer. Es una inconsistencia pedir confianza y seguir demostrando que no eres merecedor en el plano moral.
— ¿Cuál es el segundo aspecto que preocupa?
El equipo. Dices querer inversión privada y quieres alentarla. El primer ministro Otárola lo acaba de decir en CADE; quiere trabajar con los empresarios peruanos. Perfecto. ¿Tu equipo realmente es creyente de este tema? ¿Todos piensan lo mismo o hay división en el Gabinete? El Ministerio de Energía y Minas es un claro ejemplo. De pronto, los lotes petroleros de Talara, que debieron haber sido licitados en el sector privado, se entregan a Petro-Perú. Ese mensaje es demasiado inconsistente, no está en línea con lo que dice el primer ministro. ¿Está en línea el ministro de Economía? ¿Así quieres dar un ‘shock’ de inversión y confianza? Esas acciones matan cualquier plan.
— ¿Y la tercera capa?
Frente a los grandes problemas emblemáticos debe haber un cambio. La agenda 19 sigue flotando y nadie dice nada, y es una ley anti sector privado. Petro-Perú sigue desperdiciando miles de millones. Lo único que hemos escuchado al primer ministro decir es que esta situación llegó a su fin. ¿Dónde está su proyecto de ley para cambiar la gobernanza de Petro- Perú?
— Entonces, ¿por qué cree que el gobierno dice una cosa a los medios y hace otra?
Probablemente, las decisiones contradictorias forman parte de esos acuerdos debajo de la mesa que tiene el gobierno de Boluarte, con diferentes grupos políticos para continuar hasta el 2026. Esa es mi impresión.
— ¿Por estar bien con Dios y con el diablo sacrifican al Perú?
Exactamente. Eso está pasando. Cuando dicen “solo vamos a gobernar hasta el 2026″, la siguiente pregunta es: ¿así van a gobernar? ¿A qué costo? ¿Haciendo poco? Así como estamos, hasta el 2026 es un objetivo muy egoísta e injusto con el país.
— El primer ministro Otárola cree resolver todo echándole la culpa al pasado. Un poco más y nos dicen: agradezcan porque ya no está Castillo y aguanten. ¿Resistir sin exigir?
No es suficiente mencionar el pasado. Es verdad que ya no tenemos un presidente antiinversión. Ya no tenemos una primera ministra como Mirtha Vásquez que anuncia un cierre de minas. Hemos regresado a lo que mínimamente un presidente, un gobierno, debe hacer. Es decir, no dispararse los pies. Pero no estás haciendo lo suficiente y las expectativas por este gobierno eran mayores.
— ¿Tenía expectativas?
Yo y todo el mundo que cree en el desarrollo. No es solamente un tema de la convulsión social, del comienzo del año, del Yaku. Aquí hay claramente algo mucho más gordo. Una desilusión porque se esperaba más del gobierno. No hay capacidad de gestión, hay fuga de capitales, jóvenes que pueden estudiar afuera se van y no volverán porque prefieren vivir lejos del Perú. Ese es el tema de fondo. Este gobierno tiene que entender que ya no está permitido flotar. La inercia ha sido en varios gobiernos desde Humala y los problemas se han ido acumulando. Pero hoy debes tomar algunas acciones valientes y estas acciones implican dejar de contentar a todo el mundo. Estar bien con todos en el fondo es una parálisis. Además, hay un tema que valdría la pena analizar. Hay encuestas que señalan que el gobierno de Boluarte es de derecha. En esa misma encuesta señalan que Castillo está injustamente encarcelado y que podrían volver a votar por él. Entonces, de manejar las cosas así para llegar hasta el 2026, corremos un serio riesgo: que regrese un nuevo Castillo; allí sí que Dios no coja confesados.
— Cuando usted escucha que Dina es un gobierno de derecha, ¿qué piensa?
Yo creo que no. Honestamente, no está definido. Lo que nos falta es un gobierno, alguien que gobierne y hay serias dudas de que realmente la presidenta esté liderando. Hablamos más de sus viajes, de sus metidas de pata, de sus fotos. Pero no hablamos de su posición establecida en una entrevista, como he visto en otros presidentes. Ella no habla, no comunica. Yo no sé lo que piensa Boluarte en materia económica. ¿Cuál es su liderazgo para sacarnos del abismo en el que estamos? Se requiere una comunicación más clara.
— Si seguimos creciendo al 2%, vamos a recuperarnos en 20 años...
Quizás más. ¿Crees que la economía va a aguantar creciendo a niveles tan bajos? Antes va a ocurrir alguna situación de conflictividad social. Las proyecciones de crecimiento son nulas y encima viene El Niño.
— ¿Cuánto se necesita en porcentaje para combatir la pobreza?
A partir del 3%, pero la reducción es lenta.
— Entonces, ¿vamos muertos?
Muertos si este gobierno no reacciona. Y lo dramático es lo que estudiamos a nivel de conflictividad. Hemos estudiado las regiones en todo el país, asociando conflictividad con bienestar. En casi todas las regiones, uno encuentra conflicto, menos en Madre de Dios. Si analizas la situación, es grave porque se acostumbraron; prácticamente está tomada por la mafia. Todo el mundo hace negocios a partir de la mafia. Entonces existe un ecosistema, un Estado paralelo como estas zonas tomadas por el crimen. Esto nos espera a todos si seguimos como estamos.
"Estamos en una situación crítica"
— ¿En qué momento nos perdimos?
A partir del 2013, en el gobierno de Humala, cuando nos olvidamos de hacer reformas por productividad y solamente nos dedicamos a hacer reformas en el ámbito social. El gobierno de Alan García tuvo un punto de inflexión con Bagua; hubo aprovechamiento y reposicionamiento a partir de un hecho lamentable de las voces antimineras. Luego entra Humala, que da más espacio y empieza a virar completamente la forma en que Estado y sector privado se relacionan.
— Conga no va, Tía María tampoco...
Tía María es un caso dramático. Tiene todos los permisos y simplemente por una decisión política no va. Con Vizcarra pudo haberse hecho realidad; hoy es muy complicado.
— ¿Se arrepiente de haber sido ministro de Vizcarra?
Estoy muy honrado de haber sido ministro del Perú. Arrepentimiento es una palabra fuerte. Cumplí mi labor y trabajé con un presidente que, en su momento, estaba desorientado. No pudimos ponernos de acuerdo y me fui. No estoy de acuerdo con las cosas que hizo, pero esa historia no me tocó vivir.
— Le habrá generado mucho ruido enterarse de que se vacunó a espaldas del pueblo y que habría recibido coimas millonarias.
Sí. Muchos ministros que también trabajaron con él han visto esos temas con absoluto asombro. Varios ministros renunciaron en el momento que cerró el Congreso. Tomó decisiones equivocadas.
— Usted ha dicho que hemos retrocedido más de 20 años y que vamos a tardar generaciones en recuperarnos. ¿Cuántas?
Un par de generaciones. Estamos en una situación crítica y se tiene que buscar el marco legal para medidas de urgencia, para empujar reformas. Para eso Dina Boluarte debe tener cierta valentía porque se peleará con algunos políticos. Es reformular la estrategia, encontrar con quién vas a trabajar y tirar para adelante.
— Le está pidiendo que deje de creerse la monedita de oro...
La única que se llevará la monedita, si es que tiene suerte y llega al 2026, es ella. ¿Y qué pasará con nuestro país? Es muy injusto.
VIDEO RECOMENDADO
TE PUEDE INTERESAR
- Congreso gastará más de S/30 millones en el segundo bono del año para sus trabajadores
- Hania Pérez de Cuéllar: “Nos estamos olvidando que nos hemos librado de una dictadura con ideologías trasnochadas”
- Fiscalía inicia investigación contra congresista Cheryl Trigozo por presunto peculado doloso
- Dina Boluarte: ¿El gobierno tiene el liderazgo para encabezar la recuperación económica?
- Pedro Castillo y la búsqueda de la “ruta del dinero”: ¿Qué implica el levantamiento de su secreto bancario?