Los hermanos Quispe Palomino, cabecillas de la facción de Sendero Luminoso que opera en el Vraem, se han convertido en una banda de extorsionadores sin formación ideológica y proyecto político, según la Comisión Multisectorial para la Pacificación y Desarrollo Económico Social del Vraem (Codevraem).
Luis Rojas Merino, secretario ejecutivo de esta comisión, advirtió que este hecho constituye el punto vulnerable de esa organización porque, a diferencia de los cabecillas senderistas presos que eran protegidos por militantes capaces de ofrecer su vida por su seguridad, estos pueden ser infiltrados por las fuerzas del orden.
“Ellos tienen a personas que secuestraron cuando era niños, son personas que viven engañadas, a quienes les dicen que están haciendo la revolución cuando en realidad son una banda de extorsionadores, ya no tienen ideología ni una propuesta política que perseguir”, precisó.
Rojas anotó que el fortalecimiento de las bases militares en el Vraem para enfrentar la subversión en la zona, contribuirá a generar las condiciones de seguridad para la pacificación de las zonas donde todavía tienen influencia.
Para lograr ese objetivo –explicó- la presencia militar y policial debe ir acompañada de la presencia del Estado para impedir que sus prédica pueda tener cabida entre la población y de los comités de autodefensa.
Las zonas donde operan los hermanos Víctor Quispe Palomino “camarada José” y Martín Quispe Palomino “camarada Gabriel”, según Rojas, son el Vizcatán en Ayacucho y la zona de Kiteni, en el Cusco, hacía donde se estarían desplazando.
“Hay que construir una alianza con la población a través de los servicios que brinda el Estado y de las oportunidades que ofrece y explicarles a la población, especialmente en la zona de Kiteni, lo que fue Sendero Luminoso para restarles posibilidades”, refirió.