El sorpresivo viaje del presidente Ollanta Humala a París, donde hoy se reunió con el mandatario francés Francois Hollande, no ha sido el único cambio de planes de jefes de Estados peruanos. Antes del nacionalista, Alan García, Alberto Fujimori y Alejandro Toledo tomaron rutas y fueron a ciudadanos que no fueron autorizadas por el Congreso de la República. A continuación un recuento.

EN PLENA GUERRA A fines de 1879, en plena Guerra del Pacífico, el presidente Mariano Ignacio Prado Ochoa solicitó autorización al Congreso para salir del país. Debía viajar a Europa para comprar armamento. Regresó mucho después, en 1886.

EN LAS AGUAS DEL NILO En 1986, el presidente Alan García viajó a Zimbabue, pero terminó en Luxor, ciudad del norte de Egipto. García aprovechó su estancia para pasear por el río Nilo, a bordo del yate del traficante de armas Abdul Rhaman el Assir.

TRAS LA CORTINA DE HIERRO En setiembre de 1989, el Congreso autorizó al presidente Alan García a viajar a Belgrado, París, Roma y Madrid. Pero, extrañamente, el líder aprista terminó en Varsovia, cuando Polonia estaba tras la Cortina de Hierro impuesta por la URSS. Un grupo de parlamentarios presentó una moción para declarar la vacancia presidencial, pero no prosperó.

SALIDA Y RENUNCIA En noviembre del 2000, luego de anunciar que dejaría la jefatura del Estado en julio del 2001 por el escándalo de los ‘vladivideos’, Alberto Fujimori viajó a la cumbre del APEC, en Brunéi. Antes de que terminara el foro partió a Tokio, desde donde renunció a la presidencia. En el Japón estuvo asilado cinco años.

EL ‘AVIÓN PARRANDERO’ En mayo del 2006, el presidente Alejandro Toledo viajó a Viena, Austria, para participar en la cumbre de la Unión Europea y América Latina. Debía pasar por Madrid, pero se desvió a Málaga, donde abordaron el avión parientes de la congresista Doris Sánchez. Integrantes de la comitiva se pasaron de copas en el viaje.