Migrar implica enfrentarse a muchos desafíos. Entre ellos la dualidad de sorprenderse con todo lo nuevo que ofrece el lugar al que se llega y a la vez extrañar las cosas propias. Una de las rutinas que más se extraña es la de comer con los sabores, ingredientes y recetas que nos son naturales. A Darwin González, un cocinero venezolano que llegó a Lima en el 2018, le pasó eso; solo que los recursos de su profesión le permitieron convertir su nostalgia en una idea de negocio y en un punto de encuentro para venezolanos y peruanos.
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El chino Yuan es el nombre del restaurante que actualmente lidera junto a su socia, la periodista venezolana Genesis Castellanos, y que ha logrado destacarse entre las propuestas de comida en Lima por ofrecer un tipo de comida que no era familiar para los locales, pero que sí extrañaban mucho los inmigrantes que llegaron al país: el arroz chino venezolano.
Como ocurrió en el Perú, donde la inmigración China, dio origen, entre otras cosas, a la muy popular comida chifa, en Venezuela se produjo un proceso similar que en lo gastronómico se refleja en bocadillos como las lumpias (una adaptación de los rollitos primavera) y el arroz frito, que a primera vista evoca al peruano chaufa, pero que tiene sus propias características que lo diferencian.
Sacando adelante una idea
Darwin González había trabajado en restaurantes de diferentes tipos de comida a lo largo de su carrera: mediterránea, italiana, americana… pero nunca había preparado el plato favorito de su infancia. Así que aprovechó sus visitas a su país para analizar sabores, ingredientes e ir mejorando la receta a punta de prueba y error.
El inicio del negocio también requirió de una estrategia propia, pues no tenía dinero para alquilar un local. Aprovechó las redes sociales para crear su modelo de reparto: anunciaba en Instagram cuándo y dónde iba a estar vendiendo, anotaba a los interesados y les agendaba su pedido.
“Si yo ponía, este sábado estaré en Plaza San Miguel, la gente me decía yo quiero tantos combos y ese día iba a San Miguel con mi lista a entregar. Además, los domingos hacía ruta en Metropolitano: avisaba en Instagram que iba a vender, preguntaba quién quería y quedábamos en entregar el pedido en alguna estación. Me montaba a las 11:30 de la mañana en Matellini y a las 4 de la tarde ya había entregado todas las comidas que me habían pedido estación por estación”, recuerda González, que también hacía lo propio en la ruta del Metro de Lima.
Cuando la pandemia obligó a la cuarentena en 2021, esperó a las primeras facilidades en el reparto de comidas, para ofrecer lumpias congeladas que dejaba en minimarkets con la intención de no permitir que su marca muriera. “A veces las regalaba, para que las probarán e hicieran stories en Instagram y supieran que la marca seguía allí”, narra González, quien para ese entonces ya contaba con un refuerzo.
Génesis Castellanos había creado el medio digital Rostros Venezolanos para dar a conocer los emprendimientos destacados de inmigrantes en el Perú y al conocer la historia de Darwin, quien repartía comida con su sistema de estaciones en el Metropolitano, lo entrevistó. “Me llamó mucho la atención lo que hacía porque era una cosa súper novedosa y yo me sorprendí de cómo se las inventó para crear comida chino venezolana”, recuerda Castellanos sobre ese día en el que se conocieron y se volvieron inseparables. Aunque ella no tenía experiencia en cocina, se puso manos a la obra, y sumó un punto que hoy es una de las fortalezas de este restaurante: su estrategia de comunicación en redes sociales.
“Muchos montan un restaurante y luego crean las redes sociales. Nosotros lo hicimos al revés. Formamos una comunidad y cuando tuvimos un restaurante trajimos esa comunidad. Sin redes sociales no seríamos nada. Las ventas por delivery, el manejo de clientes por WhatsApp, las pautas en Instagram... sin eso quién iba a saber de una marca metida en una casa. Fue nuestra única herramienta para vender y avanzar”, destaca la periodista.
La curiosidad por lo nuevo
Si bien los primeros clientes de El chino Yuan fueron los inmigrantes, su estrategia en plataformas como Instagram y TikTok fue ampliando su público. “Hasta el sol de hoy, te puedo decir que nosotros tenemos un 60% de público venezolano y un 40% de público peruano, ya sea porque tienen familia venezolana o viven juntos o son vecinos o porque pasan por allí o nos vieron en las redes sociales y por curiosidad prueban y se quedan con nosotros porque somos una opción diferente”, destaca González.
Y es que a pesar de las similitudes que se puedan trazar con el chifa, El chino Yuan muestra cómo el encuentro de diferentes culturas tiene sus propios matices y sabores.
¿Qué probar en El chino Yuan? El plato estrella es el arroz, que al estilo venezolano, tiene un sabor un poco más ahumado y frito que el chaufa, que viene del ‘chow fan’, la receta tradicional china del arroz frito. Además, a esta receta, se le suman proteínas como el jamón y las costillas chinas venezolanas, que son de un rojo intenso.
Las lumpias, que como decíamos líneas atrás son los rollitos primavera, también se hacen con otra técnica: la masa es diferente y el relleno tiene un poco más de especias y también tiene jamón.
El menú también incluye pollo agridulce con salsa de tamarindo y el chop suey, un salteado de vegetales con especias que puede ser solo de vegetales o también puede ser con proteína: pollo, langostinos y jamón.
“Muy a pesar de la similitud que tiene con el chifa, ofrecemos una opción diferente de sabor para que la gente salga de lo cotidiano y pruebe algo nuevo”, detalla González, que le pone especial dedicación a cada plato porque sabe que no solo es un punto de encuentro para venezolanos, sino también una puerta de ingreso a su país para los locales.
“A veces algunos venezolanos vienen y dicen ‘mira, te voy a llevar un amigo peruano al que yo le dije que esto era lo mejor del mundo mundial y tú no me puedes dejar mal’, y ese es un compromiso con la persona que está viniendo a probar para que se lleve una bonita experiencia del sabor de nuestra comida, de nuestros orígenes”, explica el chef.
Para aquellos que van por primera vez a El chino Yuan hay un combo degustación, que trae un poco de cada cosa del menú. una porción de arroz frito especial con cerdo, jamón y langostinos, una costilla asada, pollito agridulce, chop suey, una lumpia y un pancito chino que preparan de manera casera en el restaurante. Y siempre encontrarán la apertura del personal para explicarles cada detalle del menú.
“Cada día al restaurante llegan personas de diferentes nacionalidades con curiosidad de saber cómo es la comida china venezolana. Nosotros siempre estamos súper abiertos a explicarles y mostrarles nuestra cultura, porque sí creo fielmente que de la comida puede unir nacionalidades”, explica Génesis, que recuerda una imagen reciente que se produjo en el restaurante: llegó un grupo conformado por peruanos, colombianos y peruanos y, en medio de la comida, conversaban sobre cómo eran en sus respectivos países las fusiones de la cocina china.
“Es bonito cuando un peruano se levanta de la mesa y nos dice que le gustó mucho la comida y nos dice que va a seguir viniendo y luego vuelve con sus amistades o su familia. Es bonito porque así también pueden ver otra cara de nosotros que quizás no es la misma cara que se suele ver en los medios”, finaliza Castellanos.
El chino Yuan se encuentra en Jirón Diana, Mz. A18 LT. 17, Urbanización Sagitario, Surco. La atención es de martes a domingo de 12:30 p.m. a 9 p.m. Los combos tienen un precio de entre 20 y 40 soles.
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