Chorrillos es sinónimo de verano. Este distrito tiene conocidas e importantes playas para los visitantes, es lugar de turismo y, además, es hogar de un área natural protegida: los Pantanos de Villa. Pero, lo que quizás pocos saben, es que aquí se encuentra La Última Torre, un restaurante ubicado en un torreón clásico, una pequeña joya arquitectónica, en el Jr. Zepita. Provecho visitó este espacio y aquí te contamos todo sobre la experiencia y qué platos no te puedes perder.
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“Sabor con historia” es la frase con la que buscan representar esta propuesta Ronald Rojas Sánchez, dueño de este espacio junto a dos amigos y socios. “Quisimos aprovechar este hermoso e histórico espacio de la mejor manera, darle una nueva vida y permitir que el público venga, disfrute de una buena comida y bebida y se maraville por su belleza”, explica Rojas.
Por esto, el trabajo previo fue importante y llevó su tiempo. “Trabajamos con un equipo completo, con arquitectas y también se buscó conocer más de la historia de este espacio. Seguimos todos los procedimientos necesarios y se trabajó con los permisos de la municipalidad y del Ministerio de Cultura, al ser un espacio considerado Patrimonio Cultural”, comenta el dueño.
La casona, de 350 metros cuadrados, cuenta con espacios de techos altos, frescos e ideales para un almuerzo, cena o celebración. Cuentan con espacios como la terraza, un salón oval, el salón con la barra, el salón presidencial y una terraza interior, ideal para eventos privados ya que cuenta con un escenario y pista de baile.
Lo peruano con toques europeos
La carta presenta un paseo interesante y bien logrado por lo más representativo de la cocina peruana, haciendo uso de técnicas y bases europeas, según nos cuenta Arnaldo Quispe, chef principal de La Última Torre. Empezamos la comida con una entrada contundente e ideal para verano: el ceviche mixto al ají amarillo. Combinan trozos generosos de corvina con pulpo, langostinos y calamar, marinados en leche de tigre con crema de ají amarillo. Se sirve con choclito tierno desgranado y camote glaseado. Con el puntito justo de limón y ají, disfrutamos cada bocado.
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Otra entrada que recomendamos disfrutar es la Causa a la Última Torre. La masa de papa amarilla clásica, se corona con láminas de pulpo suavecito y se baña con mayonesa de aceitunara, chalaquita de la casa y cremosos trozos de palta.
Entre los fondos encontramos el Lomo Mar y Tierra. Como su nombre lo indica, combina un jugoso y bien cocido medallón de lomo fino, que se flambea con pisco y se sirve con una jugosa salsa de mariscos como pulpo, calamar y langostinos. Se acompaña con papas coctel y panaché de verduras bebés.
Nuestro favorito fue el salmón anticuchero. Combina un pescado no tradicional en nuestro país con la salsa anticuchera, dandole ese toquecito peruano y sabroso tan esperado. Queda perfecto con papas coctel y vegetales salteados en mantequilla de la casa.
En la carta también podemos encontrar opciones bastante clásicas como la Corvina a la chorrillana, el arroz con pato y el lomo saltado, pero todos vienen con un toque elevado en su preparación y presentación.
Un menú para todos
Otro punto a favor del restaurante es que ofrece un menú vegetariano bien pensado, no solo con opciones simples y sin el cuidado adecuado. Por ejemplo, como entrada disfrutamos el tiradito vegetariano. Consiste en trozos de champiñones y espárragos bebé marinados al limón, ají limo y aceite de oliva. Se corona con trozos de palta y rabanito en finas rodajas, para jugar con las texturas. De fondo, recomendamos el rissoto fungi con vegetales del huerto. Es cremoso, contundente, sabroso y no tiene nada que envidiarle a un plato con proteína animal.
Si se trata de postres, su versión de Suspiro a la Limeña es una novedad que vale la pena disfrutar gracias a lo suave y no empalagoso del manjar. Su fuerte, sin duda, es la tarta vasca, prepara con queso crema creando un dulce cremoso y que combina a la perfección con el panaché de frutos rojos con que se sirve.
El chilcano es una opción perfecta para acompañar la comida y se puede preguntar por los macerados disponibles. Elegimos el de camu camu y lo ácido de la fruta quedo perfecto con la onda refrescante del coctel. El cholopolitan es otra delicia a base de pisco quebranta, maracuyá, triple sec y jugo de cranberry. El berry tonic de la Torre es un espectáculo, ya que se sirve con una burbuja que explota al llegar a la mesa.
La Última Torre reúne lo clásico y hermoso de una casona antigua, de un torreón que es parte de la historia no solo del distrito o ciudad, sino del Perú. Se suma una propuesta gastronómica completa, para todos los gustos y con capacidad de afinarse y seguir creciendo.
La Última Torre se encuentra en Jirón Zepita 207, Chorrillos. Se pueden realizar reservas al número 961 616 806. Visite su página de Instagram (@laultimatorre.pe) para conocer más de su propuesta.
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