Camila Iturry es de las que cree que un postre te puede alegrar el día. Tiene que estar bien hecho, por supuesto, para arrancarte esa sonrisa de felicidad al primer bocado. Su favorito, en estos momentos, es la crema volteada que prepara en Petite Desserts, su emprendimiento digital con el que acaba de abrir una cafetería en San Borja. Con este acogedor local, busca cumplir sus sueños (pequeños y grandes).
“Soy una tragona”, confiesa, entre risas, la joven que siempre supo que quería estudiar gastronomía. Durante sus clases, en la Universidad Le Cordon Bleu, se dio cuenta que su mundo estaba entre las fórmulas precisas y dulces de la pastelería. Más adelante, se inspiró en la repostería de EE.UU. ya que le encanta su estilo relajado: postres gorditos que chorrean fudge, “como food porn”.
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DULCE EMPRENDIMIENTO ONLINE
Petite Desserts empezó, casi jugando, como un cachuelo para ahorrar dinero y pagarse sus estudios. Era 2017 y vendía, por redes sociales, pequeños postres a sus amigos y conocidos. Ella preparaba en su casa las recetas que aprendió de su familia y libros y, cuando vio que podía hacer negocio, regresó a estudiar netamente pastelería.
Llegó la pandemia y, al imponerse el delivery, creció tanto en ventas como seguidores en redes. En este corto camino, ella recuerda dos hitos desde la creación de su marca: el Día de la Madre del 2020 cuando preparó sola más de 30 tortas, en 1 día, con su modesto horno casero. Y durante la edición del festival Filo, dedicado a las tortas de chocolate, en el que la suya fue seleccionada. “Fue un éxito y ahí dije ‘necesito ayuda, ya no puedo más sola’”, recuerda.
En ese momento trabajaba casi de 7 a.m. a 11 p.m. No paraba, entre preparar el manjar, hornear queques, decorar tortas, responder a los pedidos, enviarlos, limpiar la cocina, hacer las compras, etc. “Era tan cansado que hasta pensé en dejarlo. No vivía”, dice. En ese momento llegó su hermana Krys, administradora con experiencia en el rubro gastronómico, y se volvió su socia. A inicios del 2021, se completó el trío con su hermano Santiago que actualmente es el encargado de producción. Con su ayuda, Petite Desserts siguió creciendo: se mudó a un departamento (mitad vivienda - mitad taller) e invirtió en productos (un horno comercial, batidora, packaging). Hasta que encontró el local.
"Mi meta no ha sido abrir varias tiendas. A mí me gusta estar aquí en mi local”
EL RETO DE LA CAFETERÍA
A Camila le encanta estar detrás de la barra atendiendo a los clientes. También le gusta ver la vitrina bien decorada con tortas y pies en exhibición. Siempre tuvo la idea de poner un establecimiento, pero admite sus inseguridades cuando se enfrentó a la idea de abrir una cafetería ya que ella no sabía de café y poco del mundo salado. “Para mí, la idea del local era take out de postres, pero a las personas les encanta sentarse y conversar [...] Tengo varios amigos restauranteros y me aconsejaron que tenga de todo para sacarle el jugo. Me daba miedo ¡pero lo logramos!”, comenta entusiasta.
Ahora ella también cumple el rol de barista en Petite Desserts. El café es de Cajamarca y sirven desde espresso a bebidas frías (frappé y iced cappuccino). Entre los postres, cuyas recetas no han variado mucho desde sus inicios, los más pedidos son la torta de chocolate (en 1 semana pueden vender más de 200 porciones), el pie de limón y la crema volteada (pero también hay Red Velvet, pie de maracuyá, etc.). Si deseas salados, los más populares son la empanada de cuadril y el croissant de pollo. La carta se completa con jugos e infusiones. Para otoño - invierno, piensa sacar bollería (como cinnabon rolls) y otros postres de estación.
No se olvida de sus orígenes, por lo que el delivery continúa funcionando. Las tortas enteras siempre son populares y las personalizadas son las que toman más tiempo: solo el decorado puede tomar entre 1 y 3 horas.
Para este año, Camila Iturry quiere organizar mejor su producción, tal vez abrir otro taller (de nuevo desde su casa) y así agrandar el equipo (actualmente son 9 personas). “Mi meta no ha sido abrir varias tiendas. A mí me gusta estar aquí, en mi tienda”, dice y allí la vas a encontrar.
MÁS INFORMACIÓN
Dirección: Jr. Paseo del Bosque 549, San Borja.
Teléfono: 926 850 498.
Camila Iturry es pareja de Alexander Quesquén, fundador de A Comer. Rápidamente, rompe los estereotipos que uno pueda tener: “me dicen, ‘¡qué lindos! Tú pastelera, él cocinero; se alucinan que él hace la cena y yo el postre. ¡Pero no hay forma, nunca! [risas] No tenemos tiempo, salimos a comer”. La verdad es que sí se complementan pero desde otras facetas: ella es más perfeccionista y él más relajado. Ambos se dan la mano y brindan su punto de vista sobre el trabajo del otro. Mientras conversamos, Camila no deja de mencionar todo el apoyo que él le ha brindado: “Siempre está allí apoyando moralmente. Me ha impulsado a estudiar y emprender”.
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