El pasado 21 de junio, una mujer procedente del lejano Charape, en Quillabamba, Cusco, llegó con 35 semanas de gestación al Hospital San Bartolomé, en el centro de Lima. Su caso era complejo, llevaba en su vientre a siamesas.

La sometieron a una cesárea y a los tres días de nacidas, las pequeñas fueron sometidas a ocho horas de operación, siendo solo una de ellas salvada por los médicos en un gran esfuerzo, pues ambas menores pudieron haber perdido la vida.

La pequeña Emily nació prematuramente, pero está siendo atendida, recibe leche materna y podría ser dada de alta en una semana para ir junto a su madre Jenny Choque y su padre a Cusco.

El director del nosocomio, Julio Cano, comentó a Canal N que la otra bebe tenía “una cardiopatía evidentemente incompatible con la vida”, lo que implica una malformación que evitó que sobreviva.

Hugo Delgado, médico que encabezó la operación, dijo que cada una tenía un hígado normal, pero estaban unidos en la parte izquierda mediante vasos sanguíneos. Emily le brindaba así a su fallecida hermana oxígeno y nutrientes.

En la intervención participaron también doctores del Hospital Almenara de Essalud y del Instituto Nacional Cardio Vascular (INCOR).