Las denuncias por intoxicaciones de menores de edad que recibieron alimentos de mal estado de parte del programa Qali Warma se han convertido en noticias frecuentes meses después de su implementación, y esto se debe en gran parte a las pésimas condiciones en que se almacena la comida, así como a la falta de capacitación entre padres y directivos.

Esto según un informe que ha publicado la Defensoría del Pueblo, titulado “Primer reporte de funcionamiento del Programa Nacional de Alimentación Escolar Qali Warma en instituciones educativas ubicadas en zonas rurales”, en el cual se evaluó a 343 colegios en zonas de pobreza a nivel nacional.

Según el documento, los tres principales problemas que se detectaron fueron la falta de capacitación (60%), las horas de trabajo que quita la preparación de los alimentos (53%) y la falta de ambientes para preparar y almacenar la comida (51%).

Según la Defensoría, en el 79% de las instituciones son los padres y madres de familia quienes se responsabilizan de la preparación de los alimentos. Ellos encabezan el Comité de Alimentación Escolar (CAE), pero no se dan abasto por sus labores fuera de los colegios y con cuentan con la preparación adecuada.

Asimismo, se conoció que hay fallas en el monitoreo interno. De la totalidad de colegios, 304 confirmaron que han implementado el programa pero el 54% aseguró que no han sido supervisados de ninguna forma. 28% confirmó que hubo visitas de funcionarios de Qali Warma, mientras que sólo 2% detalló que fue visitado por representantes de la UGEL local.

RECOMENDACIONES Ante estos problemas, el informe recomienda a los gobiernos locales la formulación y ejecución de proyectos de inversión para implementar los colegios de lugares adecuados para cocinar o almacenar alimentos.

Pero, sobre todo, le pide al Ministerio de Desarrollo e Inclusión Social implementar, entre otras cosas, un incentivo para los padres y madres de familia que asumen la responsabilidad de cocinar y distribuir alimentos.

También sugiere mejorar la distribución a través de un punto único en el cual se deben recoger los alimentos antes de cocinarlos, para así garantizar la buena conservación de estos.