FABIOLA TORRES LÓPEZ Unidad de Investigación
Eske Corporation S.A.C., la empresa que venderá al Estado suplementos vitamínicos contra la anemia infantil por S/.22 millones, es la misma que incumplió un millonario contrato con el Programa Nacional de Asistencia Alimentaria (Pronaa) para abastecerlo de dicho producto el 2011. Su grave falta generó la interrupción de la entrega de las vitaminas ese año.
El 6 de noviembre pasado, sin embargo, el Ministerio de Salud –que tras la desactivación del Pronaa tiene a su cargo la compra y distribución del suplemento nutricional– entregó a Eske Corporation la más grande licitación de este producto: el suministro de 131 millones de unidades de vitaminas en polvo, denominadas Chispitas Nutricionales, para el 2014.
La ministra Midori de Habich delegó esta compra a la Dirección de Abastecimiento de Recursos Estratégicos en Salud. Al proceso iniciado en setiembre, se presentaron Eske Corporation, Medrock Corporation y Albis. Las dos primeras pertenecen a un mismo grupo empresarial peruano-indio, cuyo gerente y accionista es Marco Hurtado Pazos, regidor de San Borja.
Lo cierto es que el comité de selección solo calificó y abrió la propuesta de Eske Corporation porque entre las particularidades de las bases, el proveedor debía acreditar contratos del producto por S/.40 millones en los últimos 8 años. Pero la experiencia en ventas del proveedor ganador con el Estado es de conflictos e incumplimientos, como lo demuestran documentos revisados por El Comercio.
LA EXPERIENCIA DEL PROVEEDOR Eske Corporation es la empresa que originó la suspensión del programa contra la anemia infantil el 2011, lo que perjudicó a más de 600 mil niños menores de tres años del país y también a madres gestantes.
Esto porque la compañía solo entregó al Pronaa 15 millones de unidades del suplemento vitamínico de un total de 45 millones comprados, pese a que se trató de una situación de urgente necesidad que la exoneró de concurso público el 2010. Además, el único lote abastecido a tiempo por Eske Corporation no respetó las características de empaque del producto indicadas en el contrato.
El problema lo conoce de cerca Paola Bustamante Suárez, actual viceministra de Prestaciones Sociales del Ministerio de Desarrollo e Inclusión Social y ex directora ejecutiva del Pronaa en ese período, quien rescindió en forma parcial el contrato con Eske Corporation. Sin embargo, la empresa llevó a un arbitraje al programa para obligarlo a recibir los lotes faltantes del producto fuera de plazo y en condiciones inadecuadas.
El proceso acabó recién el 2 de febrero del 2012 y el Pronaa fue obligado a recibir los 30 millones de sobres de suplementos vitamínicos faltantes (dos años después de la compra), cuando ya no se encontraban en óptimas condiciones para el consumo de los niños.
El laudo arbitral solo declaró infundadas las pretensiones de la compañía de una indemnización de más de un millón de soles del Estado y pagos de otros gastos administrativos.
Un mes después, el Pronaa empezó a distribuir el producto a las regiones, pero el Ministerio de Salud ordenó la inmovilización de todos los lotes vendidos por Eske Corporation porque detectó que estaban llegando en mal estado a los beneficiarios.
Se presentaron 20 casos de intoxicaciones de niños y el Pronaa interrumpió nuevamente la distribución de los nutrientes.
EL FABRICANTE EN CORRUPCIÓN Este no es el único antecedente de Eske Corporation para tomar en cuenta. El 14 de marzo pasado, el Tribunal de Contrataciones del Estado inhabilitó a la empresa para participar en licitaciones públicas por un año debido a que nunca entregó los lotes de un medicamento (heparina sódica) comprado por el Gobierno Regional de La Libertad. Esto perjudicó a los pacientes del Hospital de Belén de Trujillo en el 2009.
La empresa perdió un primer arbitraje contra el gobierno regional, pero inició un segundo proceso. Hasta que se resuelva esta última demanda, el tribunal suspendió su sanción en abril pasado. Solo así pudo participar en la licitación del Ministerio de Salud.
Eske Corporation no fabrica las chispitas nutricionales. Las importa de empresas hindús y esta vez lo hará de Hexagon Nutrition, la misma compañía involucrada en un escándalo de corrupción con el Gobierno de Bolivia el 2009 por la venta direccionada y sobrevalorada de 70 millones de unidades del suplemento vitamínico.
El ministro de Salud boliviano, Ramiro Tapia, anuló el contrato tras detectar irregularidades en la elección del proveedor en un contrato de US$2,6 mlls.
“TODO SE DEBIÓ A UN RETRASO EN LA ENTREGA” En una entrevista con El Comercio, el gerente y accionista de Eske Corporation, Marco Hurtado Pazos, dijo ayer que el conflicto con el Pronaa, entre el 2010 y 2012, se debió a un “simple retraso en la entrega de los productos, pero al final se cumplió con todo”.
De esta manera, Hurtado trató de explicar el incumplimiento de su empresa al contrato de abastecimiento de 45 millones de sobres de micronutrientes al Estado en una situación de urgente necesidad. Esto generó la interrupción temporal del programa contra la anemia infantil en el 2011.
Hurtado, quien tiene cinco denuncias por colusión ilegal en agravio del Estado en fiscalías anticorrupción, señaló que “todos los productos vendidos al Pronaa se entregaron tras ganar un proceso de arbitraje en febrero del 2012”.
Sin embargo, el contrato de Eske Corporation establecía que el proveedor debía entregar el producto el 16 de setiembre del 2010 al Pronaa y, pese a los 60 días de plazo extraordinario, la compañía no cumplió su responsabilidad de entregar 30 millones de suplementos vitamínicos faltantes.
La empresa argumentó problemas climáticos y administrativos para justificar la demora de la importación desde la India.
El 2 de febrero del 2012, tras un proceso arbitral, la empresa entregó los productos faltantes. Su fecha de vencimiento era agosto de ese mismo año, es decir, quedaban solo cinco meses para su consumo antes de que caducaran.
El 20 de abril del 2012, cuando se presentaron 20 alertas de intoxicaciones de niños en el interior del país, el Ministerio de Salud inmovilizó los lotes de micronutrientes comprados a Eske Corporation porque halló que ya estaban en mal estado.
La medida se basó en la alerta sanitaria N°012-2012 de la Dirección General de Medicamentos Insumos y Drogas (Digemid).