ÓSCAR CASTILLA C. Unidad de Investigación
La Dirección Antidrogas de la Policía (Dirandro) investiga el circuito exportador, aduanero y portuario del Callao y Paita a raíz de la declaración del marino Jorge Rafael Pereda Sánchez (36), quien cayó con una carga de 3,8 toneladas de droga (la mayor incautación de cocaína del 2013) de propiedad de un capo mexicano llegado de las costas de Mazatlán (Sinaloa).
El Comercio –que accedió al atestado del caso– conoció que el ex marino y agente aduanero al servicio de la mafia mexicana era integrante del denominado circuito de exportadores que crean empresas de fachada, operadores de agencias de aduanas, de transporte de carga, de terminales de almacenamiento y compañías navieras captados por el narcotráfico.
En su declaración ante la Dirandro, el ex teniente AP usó el termino ‘circuito’ para referirse a los operadores dedicados a exportar conservas, frutas, espárragos y moluscos, que son los productos más requeridos por las mafias para despachar toneladas de droga. Además, habló de sus contactos en almacenes de contenedores y empresas de carga en el Callao y Paita.
La investigación antidrogas –basada en el ‘chuponeo’ legal al ex marino– estableció que este cobraba hasta US$2.000 por kilo de cocaína introducido en los contenedores y que era el encargado de la ‘subida’ de la droga, como llaman los agentes a la exportación del cargamento ilícito por los puertos o a través de ‘narcobarcos’ pesqueros que se mantienen en alta mar.
El ex marino, según su confesión ante los policías de la Dirandro, conocía el grado de penetración de los ‘narcoexportadores’ en el Callao y Paita, el poder coercitivo de las mafias mexicanas y colombianas sobre algunos empleados aduaneros, la osadía de sus emisarios para alquilar terminales de almacenamiento, así como la indiferencia y complicidad del sector frente a estas organizaciones.
Las charlas entre el ex marino y el ex policía argentino Luis Enrique Tato, quien fingía ser un empresario exportador, no dejan dudas. El ex oficial clonaba los precintos de seguridad de los contenedores, participaba de la seguridad del cargamento y realizaba los trámites aduaneros para despachar los contenedores de la empresa del argentino: Corporación Valant, que realizó 18 operaciones de exportación de toneladas de pota (se presume con cocaína) a Europa, África, Asia y Centroamérica desde el 2012. El último envío, con 3,8 toneladas de cocaína, debía llegar a Lituania, pero fue descubierto en Paita.
OPERADORES DEL NARCO Pero el operador del capo de Sinaloa Guillermo Beltrán Félix (detenido con la droga) no fue la única bisagra entre el narcotráfico y el circuito exportador en la última década. Reportes de la Dirandro, a los que accedió este Diario, revelan que las mafias mexicanas prefieren las exportaciones –a diferencia de los ‘narcovuelos’ que salen de la selva central hacia Bolivia y de los ‘narcobarcos’ pesqueros en alta mar que llegan a Centroamérica– porque es la única vía para despachar toneladas de cocaína a Europa en un solo envío y sin escalas en otros países.
Los atestados incluyen las investigaciones reservadas contra otros agentes aduaneros (como el ex marino) y empresarios agroindustriales por lavado, luego de prestar el nombre de sus empresas y sus cuentas bancarias para recibir millonarias sumas de dinero y financiar la exportación de cocaína. También aparecen los sospechosos de utilizar la cubierta empresarial para constituir compañías de fachada en Lima y Piura.
La Policía Antidrogas investiga, además, los depósitos de dinero procedentes del exterior a través de casas de cambio y transferencias internacionales de dinero recibidas por productoras agroindustriales y exportadoras de productos marinos para financiar actividades empresariales de camuflaje.
Los reportes de la Dirandro también indican que escasos terminales de almacenamiento del Callao y Paita se han salvado de recibir contenedores con droga. En estos almacenes, autorizados por la Sunat, se han descubierto los principales cargamentos desde el 2003. Allí aparecen los nombres de Logística Integral Marítima Andina (Limasa), Logística Integral Callao (Licsa), Trabajos Marítimos (Tramarsa), Terminal Portuario Euroandino, Swissport, DP World Callao, Alconsa, Talma, Neptunia y Ransa.
Solo en los depósitos de Tramarsa, del Callao, se incautaron las mayores cargas de cocaína del 2010 (3,9 toneladas de droga en contenedores con azufre) y del 2009 (3,8 toneladas en conservas de alcachofa). Ambas confiscaciones –históricas en el frente antidrogas y solo igualadas por el hallazgo de 3,8 toneladas en Paita en octubre pasado– debían llegar a Europa, pero no ocurrió ello. Hoy, dos meses después del último hallazgo, las pesquisas de la Dirandro apuntan con más fuerza al circuito aduanero de la mafia.
ÚLTIMA INCAUTACIÓN Desde Montevideo, la agencia AFP informó que las autoridades uruguayas incautaron ayer “más de una tonelada de cocaína” en un barco de bandera panameña procedente del Perú y arrestaron a sus nueve tripulantes. Según Gastón Jausolo, vocero de la Armada Uruguaya, la embarcación venía de nuestro país y tenía como destino Europa.
En los últimos diez años, las mafias del narcotráfico han usado cargamentos de espárragos, alcachofas, paltas, plátanos, piñas, pota, café y fertilizantes agrícolas, que salían de los puertos del Callao y Paita, para contrabandear cocaína.
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