El arqueólogo francés Thierry Jamin, que ha explorado el Cusco desde hace años, asegura que hay cámaras funerarias debajo de las edificaciones actualmente visibles de Machu Picchu, guiado por los hallazgos de unas puertas con caminos truncados por tierra y exploraciones subterráneas que revelarían metales escondidos y que podrían guiar a una posible tumba de Pachacútec.
“Hemos presentado un proyecto de investigación al Ministerio de Cultura, hemos realizado estas investigaciones a Machu Picchu en abril del 2012 () Queremos trabajar con ellos. Se trataría de uno de los hallazgos más importantes de esta época y queremos que todos los peruanos se aprovechen de este evento”, aseguró vía telefónica a Radio Programas.
Jamin detalló que fue una turista la que le dio los primeros indicios de construcciones bajo tierra, al encontrar una puerta escondida en una pared de Machu Picchu. Tras este indicio, decidió hacer escaneos en tercera dimensión, los cuales asegura que son suficientes pistas para comenzar con la investigación.
Sin embargo, el permiso ha sido negado ya reiteradas veces, como lo reportó El Comercio hace casi un mes.
NEGATIVA DE LAS AUTORIDADES El director regional de Cultura de Cusco, David Vega Centeno, minimizó estas hipótesis y aseguró que no hay motivos suficientes para que el Estado (el único permitido bajo ley para excavar en Machu Picchu) proceda a investigar la zona.
“Hay dos problemas: el Plan Maestro del Santuario señala que solo el Estado es quien realiza las investigaciones en esa área, salvo algunas excepciones puntuales () Además, los estudiosos descartan que pudiera estar ahí una tumba o el tesoro de Pachacútec, porque primero fue huaqueado. Hay que recordar que Hiram Bingham fue el último en llegar”, comentó.
Vega Centeno aseguró que no hay una hipótesis válida, sino que existe “básicamente la intuición de estos señores buscadores de tesoros”.
Los indicios de Jamin han sido rechazados, incluso por el mismo Lumbreras. El arqueólogo, uno de los mayores especialistas en este sitio, manifestó que ese lugar fue sumamente saqueado durante la Colonia e inicios de la República, cuando Bingham lo descubrió ya había sido incendiado más de una vez”.