MARTÍN ACOSTA GONZÁLEZ @martiacosta
Por estos días el Policía Chévere patrulla las calles de Santa Anita. Usa uniforme, lleva una placa, un revólver y obviamente su Blackberry
— ¿Cómo nace el Policía Chévere? Todo fue fortuito. La idea era simplemente atender las dudas que la gente manifestaba en Twitter. Yo quería hacerlo desde mi cuenta personal, pero me di cuenta de que era uno más, que no me tomaban en serio y mis mensajes se perdían. Pero por seguridad no podía poner en mi perfil que pertenecía a la PNP, entonces me infiltré como un anónimo.
— ¿Cuándo explota la popularidad del Policía Chévere? Un día en Twitter empezaron a publicar mensajes sobre una congestión de vehículos en el Jockey Plaza. Yo estaba cerca y cuando llegué había un montón de taxis en un lugar que era paradero prohibido. Me bajé y empecé a hablar con cada uno de los choferes, pidiéndoles que se retiren. La avenida quedó vacía. Subí una foto a Twitter y escribí: “¿Magia? No, yo”.Y la gente me dio retuit. Luego vino el #Tomalacalle y había gente que decía que cuando te cae una bomba lacrimógena debes mojarte. Y eso es falso, cuando te mojas es peor. A propósito de eso, empecé a dar recomendaciones, etc.
— ¿Te han ‘troleado’ mucho? Cuando empecé me dijeron de todo, que el Policía Chévere era manejado por varias personas, decían que el Estado estaba gastando mucha plata en una empresa de publicidad.
— ¿Qué comentarios fueron los que más te molestaron? Decían que no podía ser policía porque tenía buena ortografía, que no podía ser policía porque sabía mucho y que descuidaba mi trabajo por estar tuiteando.
— ¿Y tú cómo reaccionas? Al principio respondía, pero siempre con respeto. Luego, cuando ya había alcanzado algo de popularidad, retuiteaba a mis críticos. Les dejaba el trabajo a mis seguidores, sabía que ellos se encargarían de chancarlo, pero me di cuenta de que eso es malo. Al hacerlo, yo era peor persona porque le hacían cargamontón. Ahora simplemente los ignoro. Al fin y al cabo, están insultando a alguien que no conocen.
— ¿Dónde radica tu éxito? Hay información verídica, personalizada e inmediata. Respondo más rápido que algunas entidades del Estado a las que puedas preguntarles mediante los buzones virtuales.
— ¿Estás pendiente del Twitter? Sí, y no es que deje de lado mi trabajo por tuitear.
— ¿Qué opinan en la policía? Cuando saqué lo de Policía Chévere, toda mi unidad, incluyendo a mi jefe, tenía conocimiento. A él siempre le pareció bacán. La chamba de los oficiales es siempre aconsejar y apoyar a los de grado menor.
— ¿Te han llamado la atención por algo que publicaste? Me llaman la atención todos los días por un montón de cosas, pero nunca por el Twitter. Trato de ser cuidadoso con lo que escribo y responsable porque sé que muchos vinculan la cuenta con la de la Policía Nacional. Yo no puedo patinar con esto. Me leí el régimen disciplinario para saber las cosas que puedo hacer y las que no. Es mi derecho no hacer caso a las órdenes que constituyen una manifiesta violación a las leyes y mis derechos son leyes. Antes que policía soy ciudadano. Yo soy libre de hacer lo que la ley no me impide.
— ¿Consideras que tu labor es importante? No es que quiera desmerecer al Policía Chévere pero como que muy relevante no es. Las cosas buenas y correctas no deberían ser noticia, deberían ser algo normal. En mi caso, creo que el Twitter es solo una herramienta para colaborar con la ciudadanía. Si no fuera esta, hubiera encontrado otra para ser útil. Lo importante en un policía es la vocación de servicio y el deseo de ser mejor.
— ¿Por qué seguir en el anonimato si lo que necesita la policía y sobre todo la ciudadanía son rostros en quienes confiar? Si salgo a la luz, me sentiría muy figuretti y eso no va conmigo; quizá en algún momento me daré a conocer. Igual, no creo que sea una buena idea porque el efecto que creó el Policía Chévere se perdería. La gente piensa que cualquier agente que esté en la calle puede ser el Policía Chévere.
— ¿Desde dónde tuiteas? La mayoría de veces, desde el celular porque no siempre estoy en una oficina. También desde mi casa.
— Eres scout. ¿Eso te ayudó a decidirte por la carrera policial? Soy scout desde los 11 años. Lo dejé el tiempo que estuve internado en la escuela y luego lo retomé. Ahora ejerzo una jefatura como dirigente. Definitivamente me ayudo a cultivar la vocación de servicio, a comprender que las cosas no son fáciles pero tampoco existe algo imposible. Hay un artículo de la ley que dice que el scout es cortés y caballeroso, protege la naturaleza, pero sobre todo tiene predisposición a servir y a formar una sociedad mejor. Un scout nunca está de paso, siempre deja una huella. La misión ya está cumplida porque creo que he ayudado en algo.
Policía Chévere Tengo 23 años y soy suboficial de tercera de la Policía Nacional. Hace dos años egresé de la escuela y hace más de 12 que pertenezco a los Scout. Estoy casado y tengo un hijo de 3 años. Me gusta todo lo que tenga que ver con Internet y redes sociales. En mis días libres soy el ‘community manager’ de una empresa. Cuando no tuiteo llevo cursos en línea. El fútbol no me gusta y eso les sorprende a todos. Mi peor defecto es que soy desordenado y mi mayor virtud: la habilidad que tengo con las cosas que recién conozco.