El 70% de las viviendas en Lima se construyó de manera informal y gran parte colapsaría ante un sismo. Este panorama se repite en las provincias. (Foto: Rolly Reyna / El Comercio)
El 70% de las viviendas en Lima se construyó de manera informal y gran parte colapsaría ante un sismo. Este panorama se repite en las provincias. (Foto: Rolly Reyna / El Comercio)

Las barriadas son una especie de costra precaria, un infierno urbano que algn da tendr que ser reemplazado por nuevas ciudades dotadas con servicios y espacios pblicos, dice Wiley Ludea, arquitecto, docente universitario y director de la revista Urbe. Esa es la amarga reflexin que ofrece a El Comercio tras analizar el fenmeno de la autoconstruccin en el pas y la ausencia de polticas de vivienda social, este ltimo uno de los temas centrales del taller Limpolis 2016 que empieza hoy en la Pontificia Universidad Catlica del Per (PUCP).

El infierno urbano del que habla Ludea no solo es una realidad en Lima, una ciudad en la que el 70% de las viviendas fueron producto de la construccin informal (sin orientacin tcnica y con materiales de baja calidad), segn el Plan Metropolitano de Desarrollo Urbano (PLAM) al 2035. El caos se vive tambin, por ejemplo, en el cono norte de Arequipa, donde hoy viven 150 mil personas, o en Chiclayo, donde ms de 400 mil personas viven en 360 barriadas. En total, se estima que en el Per hay 7,6 millones de personas en asentamientos humanos.

Segn los organizadores de Limpolis, la precariedad de las barriadas es un problema que no podemos seguir eludiendo. Los riesgos son mltiples: contaminacin, falta de reas verdes, dficit de equipamiento urbano. Pero lo que ms preocupa es la vulnerabilidad ante los desastres. Si ocurriera en Lima un terremoto de magnitud 8, se derrumbaran 200 mil viviendas y otras 350 mil quedaran daadas, segn el PLAM 2035. Los distritos ms golpeados seran aquellos donde prim la autoconstruccin como Villa El Salvador o Ventanilla.

Crditos y bonos

Las barriadas y su desarrollo por autoconstruccin fueron las consecuencias ms visibles de la explosin demogrfica y de las migraciones que ocurrieron en el Per desde la dcada de los 40. Segn los clculos ms recientes del INEI, el dficit nacional habitacional actual es de 1860.692 viviendas.

Cmo gestiona la vivienda hoy el Estado? El Gobierno concentra sus esfuerzos en productos de financiacin crediticia como el Fondo Mivivienda o el programa Techo Propio. Segn informacin del Ministerio de Vivienda, Construccin y Saneamiento (MVCS), entre agosto del 2011 y febrero de este ao se han otorgado crditos y bonos para la construccin de 190 mil viviendas con 857 mil beneficiados.

El problema del modelo actual es que hay sectores como el D y E donde eso [el crdito] no funciona como mecanismo para obtener una vivienda, seala el arquitecto Luis Rodrguez, organizador de Limpolis.

Tanto los arquitectos Ludea como Jorge Ruiz de Somocurcio consideran que las polticas de vivienda social son casi inexistentes. Al respecto, el viceministro de Vivienda y Urbanismo, Ricardo Vidal, respondi a El Comercio que en los ltimos 15 aos el rol del Estado ha pasado de ser constructor a facilitador y promotor para atender, con el sector privado, los requerimientos de la poblacin. Aadi que esa participacin no puede considerarse limitada debido a que la inversin en crditos de vivienda roza los S/8 mil millones en este gobierno.

En bsqueda de una poltica

El Per fue un pas pionero en el tema de la vivienda social. Aqu se generaron proyectos como PREVI [que planteaba el aprovechamiento de la fuerza autoconstructora pero organizada con criterio urbano], que influenci en la regeneracin de las polticas de vivienda en Inglaterra, recuerda el arquitecto Rodrguez. Lo que se buscar en esta edicin de Limpolis ser volver a eso: generar sistemas multisectoriales para solucionar los grandes problemas de la ciudad que crece en laderas.

La clave,comenta Rodrguez, est en disear polticas de vivienda que abarquen varios sectores desde los municipios, el Ministerio de Vivienda hasta los pobladores y las empresas constructoras. Para Ludea, replantear este modelo insostenible de las barriadas es cuestin de vida o muerte. De otra forma, en caso de un desastre, el Estado tendr que gastar miles de soles en rehacer una ciudad que nunca fue tal, seala.

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