Fundada en 1647, es una de las dinastías con mayor historia de España. Once generaciones de Chivites se han ido pasando el testigo de la tradición vinícola. Durante este tiempo, la casa Chivite ha crecido, se ha adaptado a las nuevas exigencias del mercado y del consumidor y ha creado una marca que hoy es sinónimo de madurez, elegancia y saber hacer.
Los primeros en ostentar este apellido llegarían al valle del Ebro en el siglo XVI procedentes de Çibitz, localidad situada en la Baja Navarra (Francia) y que, en aquella época asolada por las guerras calvinistas, propició una gran corriente migratoria hacia la Navarra del sur.
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En el siglo XVII es cuando encontramos el primer documento en el que se nombra al primer miembro de la familia dedicado al mundo del vino: se trata de un documento notarial de préstamo fechado en agosto de 1647 según el cual Juan Chivite Frías y su cuñada María Rubio, viuda de Joseph Chivite, piden un préstamo a la Fundación Ana Sanz de 100 ducados.
Durante la guerra de la Independencia (1808-1814), Chivite aprovisionó a las tropas napoleónicas durante la ocupación en España, así lo atestiguan diversos documentos como facturas y recibos.
Corría el año 1860 cuando Claudio Chivite vio en el mundo del vino un negocio en potencia. Su experiencia como arrendador del garapito del vino (impuesto sobre todo el vino que se medía, vendía importaba y exportaba, además era encargado de recaudar), le permitió iniciar un intenso comercio con las plazas de Burdeos y Bayona, aprovechando la plaga de oídium de los viñedos franceses. Documentadas están estas transacciones y la temprana vocación comercial de Chivite, que lo convierte en uno de los exportadores más antiguos de España.
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En el siglo XX, Julián Chivite Marco cursó sus estudios en la Ecolé de Commerce de Bordeaux y convencido de que el futuro de los vinos estaría en la crianza y embotellado, introdujo grandes mejoras en la bodega. Fueron numerosos los galardones que reconocieron su trabajo, como en 1992 la Orden del Mérito Agrícola concedida por el Rey de España y a título póstumo, en 1997, la Cruz de Carlos III El Noble, Rey de Navarra. Hoy en día, es Julián Chivite López, el mayor de la saga, quien prolonga este legado
Las Fincas nace de la relación de amistad entre la familia Arzak y Julian Chivite y de la pasión por los vinos rosados. Este rosado es elaborado por el método de sangrado tradicional que, junto a una breve maceración, permite conservar la delicadeza de sus aromas, pasa 21 días en cubas de acero inoxidable.
Cuenta con muy buenas puntuaciones como los 92 puntos en Parker y 91 puntos en la Guía Peñín por mencionar algunos.
Vista: Rosado pálido con un recuerdo a piel de melón.
Olfato: Es una mezcla de frambuesas, moras, cerezas, junto con delicados recuerdos de frutos secos, tiene también un dejo floral delicioso.
Gusto: Es un vino suave y delicado, con frescura y un toque sutil de acidez. Perfecto como aperitivo o para cualquier momento.
Maridaje: Ideal para mariscos, conchas, pulpo, pescados frescos, ensaladas, también muy buena opción para los makis, comida china (chifa), thai e india.
EL DATO
J. CHIVITE LAS FINCAS ROSADO
PAIS: España
REGION: Vino de la Tierra 3 Riberas, Navarra.
MATERIA PRIMA: 65% Garnacha y 35% Tempranillo
PRECIO: S/. 69.90 soles
CONTACTO: amarticorena@perufarma.com.pe
*Giovanni Bisso, sommelier, catador de pisco y destilados. Pueden seguirlo en Instagram: @giovannibisso