Nunca aprendí a hablar francés; no con palabras al menos. Las veces que he estado en París lo intenté sin mucho éxito (y poca vergüenza), así que opté por poner en práctica un lenguaje que conozco mejor: el de la comida. Sospecho, sin embargo, que por mucho apetito que uno tenga nunca logrará saborear hasta la última especia que la gastronomía francesa –el santo grial de la cultura culinaria mundial– tiene por ofrecer.
Es inagotable, infinita. C’est la vie, queridos lectores. Lo que sí podemos hacer para satisfacer el antojo –o la curiosidad– es embarcarnos en un viaje a través de algunos de sus platos más emblemáticos. Eso es lo que el cocinero Coque Ossio se ha planteado en un espacio salpicado de magia, elegancia y, por supuesto, toques afrancesados que se dejan sentir desde los posavasos hasta la selección de los vinos.
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Le Coq quiere decir literalmente “el gallo” en español. No solo es una simpática abreviación del nombre del chef, sino que también rinde un homenaje a su madre, la inigualable Marisa Guiulfo, con las decenas de gallos que están repartidos por todo el local. Ella solía coleccionar gallinas.
Juntos viajaron a París muchísimas veces, y juntos trabajaron de la mano para construir un imperio gastronómico que continúa rindiendo frutos. Para hablar de Marisa –quien partió en diciembre pasado– necesitaríamos otra edición; sí podemos, debemos, mencionar el legado restaurantero que dejó a través de Coque (el menor de sus cuatro hijos) y la afición por la comida francesa que ambos compartían.
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Le Coq es un proyecto con el sello personal de Coque Ossio y lo define como un french-american. Es decir, un menú ligeramente menos purista y más abierto a la vanguardia. Hay un par de hamburguesas, sí, pero es imposible no detenerse ante el soberbio lenguado a la meunière de la carta; un steak tartare que es casi obligatorio como entrada; unas moules frites o choritos cocidos con vino blanco, ajo y hierbas (vienen con papas fritas, como muchos de los platos); u otras joyas como el confit de pato o el coq au vin (pollo cocinado al vino tinto con cebolla, tocino y champiñones; viene con puré de papas), que amplían los horizontes de esta magnífica experiencia. Bon appétit.
En buenas manos
- Coque Ossio le ha encargado la cocina de Le Coq a un chef con quien viene trabajando desde La Plazita: Alfonso Rojas, quien está al frente en el día a día, junto con la supervisión y la atención al detalle de Coque.
- Además de Le Coq, La Plazita y Kion (formato de comida china con un local en Miraflores), Ossio alista una renovación del célebre espacio sanisidrino de La Bonbonniere, el primero que abriera su madre y que es propiedad de la familia. A la par, Coque ha trabajado como asesor gastronómico de varios restaurantes.
- Si bien la pandemia fue un golpe duro para los ocho locales del grupo gastronómico (Cusco Restaurants) que Ossio y su familia tienen en la ciudad imperial, hoy en día todos operan con normalidad: Inka Grill, Map Cafe, Incanto, Kion, Limo nikkei, Greens, Calle del medio y Pachapapa.
- ¿Una última recomendación antes de ir a Le Coq? La más importante de todas: reservar y cumplir la reserva. Hay 10 mesas en el salón y 6 en la terraza.
Más información:
Dirección: Av. Santa Cruz 828, Miraflores.
Contacto: 937-779479
Instagram: @lecoqlima