Nuestras mascotas, lamentablemente, también pueden sufrir las molestias que generan los cálculos. Cuando son muy pequeños no presentan síntomas ni molestias para ellos. Pero, si son grandes, la situación puede complicarse generando dificultad para orinar, infección urinaria, sangre en la orina y dolor.
Los cálculos son concreciones sólidas que se forman a partir de minerales. El lugar más común donde se alojan es en la vejiga y -en menor incidencia- en los riñones y uretra. Pueden desarrollarse por muchos factores, pero la causa principal es la dieta inadecuada.
MIRA: 50 consejos para resistir: Ideas prácticas para sobrellevar la necesaria cuarentena
Cuando son muy pequeños los cálculos renales se eliminan por la orina sin ser percibidos. Los más grandes, sin embargo, pueden causar cólicos muy dolorosos o permanecer en cualquier punto de las vías urinarias y obstruirlas, lo que ocasionará una urgencia médica y quirúrgica. Además, si se mantienen en el riñón pueden causar el daño progresivo de este órgano.
La necesidad de operar dependerá del tamaño, tipo y ubicación del cálculo. Los veterinarios recomiendan examinar los cálculos extraídos para determinar de qué mineral están formados. Así se le podrá variar la dieta a la mascota para evitar que vuelvan a formarse.
MIRA: Aprende a preparar un rendidor pepián en 3 minutos, con Colette Olaechea | VIDEO
Es fundamental que nuestras mascotas lleven una dieta balanceada para evitar los excesos de minerales que puedan generar la formación de cálculos. La buena alimentación, combinada con una correcta hidratación, ayudará a que los eliminen de forma natural a través de la orina.