Se hizo esperar, pero llegó. El 30 de julio se estrenó en América Latina la quinta y última temporada de Bates Motel, la serie de terror y suspenso que funciona como precuela de la icónica película de Alfred Hitchcock, Psicosis (1960). El show, que ha contado con la gracia de la audiencia y la crítica, revela cómo se gesta la extraña relación entre el psicópata y asesino Norman Bates y su madre, Norma. A propósito de este tramo final, que ya puede verse los domingos a las 9:00 p.m. por Universal Channel, Somos conversó con su protagonista, el talentoso actor inglés Freddie Highmore.
“Creo que esta temporada veremos a un Norman Bates mucho más parecido que nunca al que interpretó Anthony Perkins en Psicosis. Incluso, puedo decir que en el capítulo 4, en particular, se evidencian con más precisión sus modismos y su forma de actuar. Bueno, al menos eso es lo que yo espero que la gente vea”, detalla el joven de 25 años, famoso por varios roles que interpretó de niño, como “Descubriendo el país de nunca jamás”, “Charlie y la fábrica de chocolates” y “Un buen año”.
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Hay que decir que estos 10 nuevos capítulos se interceptan ya con el relato de la famosa pieza fílmica estrenada hace 57 años. De ahí que el desquicio del personaje que interpreta Highmore (esto no es spoiler, recordemos que las precuelas explican tramas que ya se conocen) comenzará a acentuarse hasta que él adopte, en su atormentada mente, la personalidad de su progenitora.
“Desarrollar también el personaje de madre ha sido genial. Ha significado un trabajo de colaboración permanente con Vera Farmiga, quien es la que usualmente la interpreta. A Norman lo veremos por primera vez con pelucas y tacos... espero que los seguidores de la serie todos estos años se sientan complacidos con el trabajo que hemos hecho”, explica.
Highmore agrega que ha tenido la oportunidad de escribir y dirigir algunas secciones de la temporada. “No he podido encontrar un lugar mejor que esta serie para empezar a hacer eso que tantas ganas tenía. De los amigos es que uno aprende mucho. No te dejan fallar, te corrigen fraternalmente. Espero no haber decepcionado”, cuenta.
Empatía locaPonerse en los zapatos de uno de los personajes más perturbados de la historia del séptimo arte genera, además, una carga emocional significativamente pesada para cualquier artista. Sobre eso, no obstante, bromea el histrión: “Ciertamente lo es, pero también es bastante catártico. Convertirme en Norman Bates cada vez que llegaba al set me daba la chance de liberarme de emociones poco saludables o del estrés. Eso ha sido grandioso. Puedo matar de mentira y, luego, irme contento y feliz caminando a mi casa en la vida real”.
Añade que él solo se identifica con Bates en un punto de su personalidad: “Obviamente no estoy tan loco como Norman. Pero creo que es una buena persona que siempre ha querido hacer lo correcto. Ahí precisamente está la parte trágica de toda esta historia y por la que mucha gente simpatiza de alguna manera con él hasta el final. Lo único en lo que creo parecérmele es en eso. En intentar actuar de forma correcta, eso ya independientemente de que el resultado sea el que uno espera. No lo excuso, pero entiendo por qué toma ciertas decisiones”.