Water for people y su noble labor para que más peruanos accedan al agua potable

A pesar de que nuestro país posee abundantes recursos hídricos, más de 3 millones de peruanos carecen de acceso a agua potable, especialmente en zonas rurales y comunidades altoandinas. El difícil acceso a fuentes seguras y la falta de infraestructura adecuada agravan la crisis, afectando la salud, la educación y el desarrollo económico de miles de familias.

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En medio de estos desafíos para obtener agua segura, organizaciones como Water For People desempeñan un papel crucial en transformar vidas a través de proyectos sostenibles. “Nuestro grado de vulnerabilidad es muy alto”, nos dice Gisela Murrugarra, directora de la organización. “Si bien tenemos mucha fuente de agua, esta se encuentra mayoritariamente en la selva, donde está el 10 por ciento de nuestra población. En la costa normalmente tomamos el agua de los glaciares, pero eso se está acabando por efecto del calentamiento global”, añade.

Desde su llegada a Perú en 2008, WFP promueve un enfoque llamado “Todos para siempre”, que busca involucrar a la población, gobiernos locales y el sector privado para lograr soluciones duraderas. Su principal campo de acción es el norte peruano, en regiones como Piura y Lambayeque, que en los últimos años ha estado inmersas en una situación de estrés hídrico.

En ese contexto, vienen implementando distintas iniciativas de cosecha de agua, una técnica que permite recolectar agua de lluvia para almacenarla y utilizarla cuando se necesite. De igual manera, la organización impulsa la construcción de baños ecológicos y fomenta prácticas de higiene, especialmente en escuelas, gracias a programas de educación sanitaria buscan generar conciencia sobre el lavado de manos y la gestión segura del agua.

“Lo que hemos notado es que hay una mayor conciencia en el uso de los recursos hídricos en las personas que se les hace difícil acceder al agua. Lamentablemente, no ocurre lo mismo en los centros urbanos, donde aún se ve esto como un problema menor”, concluye Murrugarra. Como vemos, aún hay mucho por hacer. //