Él sabía que solo una actriz era la indicada para interpretar el rol de ‘Cosita’, la protagonista de “Cómo aprendí a manejar”. Si las afables divinidades del teatro y de las agendas así lo disponían, y ella aceptaba formar parte del elenco de esa emblemática obra teatral estadounidense, él podía hacer el mayúsculo esfuerzo de abrir un espacio para dirigirla en la copiosa lista de proyectos que hoy lidera entre España y el Perú. Ya había trabajado a su lado en cuatro piezas en el pasado: “Las brujas de Salem”, “La pulga en la oreja”, “¿Y dónde está el tenor?” y “Toc toc”. No obstante, fue desde la experiencia vivida durante el montaje del primer título que a Juan Carlos Fisher (Lima, 1981) se le inoculó el deseo de narrar, alguna otra vez, una historia más oscura con Melania Urbina (Lima, 1977). Años pasaron, incluida una pandemia, ni más ni menos. La internacionalización del talento de uno y el ascenso exponencial de la popularidad de la musa —cortesía de la TV—, también. Y la oportunidad, finalmente, se dio. O se dará, a partir del 12 de julio en el auditorio del ICPNA de Miraflores. “Hemos logrado hacer el drama que tanto queríamos”, dice Fisher. Melania, con una sonrisota, está sentada a su lado.
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El proyecto viene siendo tramado desde tiempos anteriores al nuevo coronavirus. “Alberto Servat (gerente de Cultura del ICPNA) y yo queríamos poner en escena una obra potente, y esta definitivamente lo es. Fue escrita por Paula Vogel y ganó el premio Pulitzer en 1998 por su contundencia. A mí me llama la atención su fuerza dramática, la teatralidad que tiene y el juego útil que le provee al elenco y al director con el fin de crear una propuesta escénica diferente a las que estamos acostumbrados”, le cuenta Fisher a Somos. Con eso reafirma su interés permanente en tomar riesgos personales al saltar entre dramaturgias que no siempre le sean familiares.
Adelantándose 20 años al movimiento #MeToo, “Cómo aprendí a manejar” aborda la historia de una mujer que, sobre el escenario, reflexiona sobre las vivencias que tuvo de niña y adolescente durante las décadas del 60 y 70 en Maryland. Entre esas, destacan las lecciones de manejo que recibió de un tío suyo. “Entre ambos, hay un vínculo que ella no entiende al inicio. Con los años, empero, va comprendiendo que en este había manipulación y abuso. Es una relación compleja que, mediante la dramaturgia, se muestra como el relato de una víctima y un victimario; sin embargo, revela también que existe una sociedad que guarda silencio cómplice de esto”, continúa el director radicado en Madrid, quien por estos días concluye el montaje de otros shows en Lima.
“He hecho teatro dramático antes. No tengo miedo a sumergirme hondo en un relato, pero por alguna razón la vida me terminó llevando hacia la comedia en los últimos años. “Al fondo hay sitio”, “De vuelta al barrio”, “Toc toc”… Simplemente, me entregué a la luz. Pero ya sentía que necesitaba otro reto, y este rol me lo daba. Estoy contenta y conmovida por haber vuelto a mis raíces, a ser esa actriz de 20 años que le apasionaba ensayar”, señala Melania. “Creo que es una obra incómoda, dura, pero necesaria. Y muy vigente”.
A pesar de ello, aclara, la pieza no es densa ni insondable. Está contada, explican ambos, de una forma en la que el público puede aproximarse hasta de manera conmovedora. “Es genial que la víctima cuente sobre su infancia y juventud cuando ya es adulta. Así la ves y sabes que sobrevivió, que está bien”, comenta la actriz, quien se pone en los zapatos del personaje en diferentes edades. Ella comparte el papel estelar con Óscar López Arias —Fisher lo dirigió también en “El Padre”—, otro versátil actor que no teme aceptar desafíos como aquel.
HISTORIAS CONECTADAS
Con la confianza en el trabajo hecho, Juan Carlos Fisher regresará a España al día siguiente del estreno. Allá reside desde mediados de 2021, cuando fue convocado para ser director asociado de “Grease, el musical”, obra que estuvo en las marquesinas de la Gran Vía por diez meses. Hoy sigue bebiendo del éxito de “Mamma Mía!”, puesta sobre las tablas en el 2022: “Estará en cartelera un año más en la capital y después se irá de gira por toda España. Pero lo más próximo que tengo es “Prima Facie”, el unipersonal en el que dirijo a Vicky Luengo, una actriz tan talentosa como célebre allá. Con ella, estrenamos el 31 de agosto. Eso me tiene superentusiasmado”.
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A eso se suma “La madre”, una pieza teatral pensada para marzo de 2024. Esta será estelarizada, nada más y nada menos, que por la actriz española Aitana Sánchez-Gijón. “Después de la pandemia y una época de gran incertidumbre por tener o no trabajo, ahora solo me queda agradecer todas las chances laborales que llegan. Y trabajar, claro, con responsabilidad y cariño todo lo que se pueda”, puntualiza quien, a su vez, ha sido responsable de la puesta escénica del show con el que Eva Ayllón celebrará sus 50 años de carrera.
Urbina, por su lado, disfruta de la libertad que le produce no tener las prolongadas jornadas de grabación a las que estuvo sujeta durante los nueve años que hizo series en América Televisión. “No me quejo, tampoco. A mí me gusta mucho hacer TV, me ha dado oficio y la llegada con la gente es enorme. Entre la TV y “Toc toc”, he podido pagar mi depa, además. Asimismo, me da satisfacción el alegrar a la gente, aunque sea por una hora al día. Mi papá se ríe viéndome durante sus últimos días. Y, bueno, es un privilegio tener trabajo tantos años”, afirma.
De manera paralela, viene desarrollando desde hace un año el guion de una serie sobre la salud mental, junto con su colega y mejor amiga. El show, definitivamente, está continuando. //
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