Nunca sabrás cuándo es tu día de suerte.
—Hola, Antonio. ¿Se puede pasar?
—Sí, claro. Por favor. Siéntate aquí.
—Esa camiseta… ¿Es de un equipo de Perú, no?
—Sí, el equipo de mi barrio.
—Lo he visto: tengo familia viviendo allá. Un primo.
—¿Sí?, manya... Entonces, ¿te difumino a los costados o qué prefieres?
—Sí, sí. Eso está bien. Y dime cómo te vas, si quieres un taxi o algo. Lo pedimos ahora mismo.
Pasan 30 minutos en el complejo Bronnitsy Training Base, el búnker argentino en Rusia. Es la tercera vez que el barbero peruano Antonio De la Fuente cumple el rol de testigo silencioso de lo que pasa en la caótica Argentina 2018. Le pasa un spray en el cabello a su cliente y, antes de que alguien se dé cuenta de lo nervioso que está, que suda, que quiere una foto, una camiseta firmada, un abrazo, algo, Lionel Messi le pide el celular y le dice, como si no fuera quien es:
—¿Quieres que tome yo la selfie?
Antonio de la Fuente posa sin saber que la foto se hará viral y su barbería, #RoyaltyBarbershop, en Balconcillo, tendencia mundial. “Debe ser la experiencia más increíble de mi vida”, dice hoy. Se despidieron, le cobró y ya. Con el pelo listo para el póster, Lionel Messi volvió a ser el mejor jugador del mundo.
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No siempre se rodeó de estrellas: hubo una época en que De la Fuente (Lima, 29 años) no sabía qué hacer. En su barrio, el aliancista La Victoria, hay posibilidades para el desastre. “En una misma esquina puedes encontrar amigos, vagancia, fútbol o drogas”, dice ahora, después de un viaje de casi un mes por Europa en el que llevó sus cuatro máquinas de trabajo y un poco de ropa: desde hace un tiempo es el barbero oficial de la selección peruana, con credencial oficial y todo. En Lima, un corte puede costar entre 25 y 50 soles. Para los cracks, un precio bajo llave. Tenía programado un curso en Granada, España, y fue entonces que recibió la llamada de André Carrillo, el mejor futbolista peruano en el Mundial, según la FIFA.
—Causa, ¿en qué andas? Tengo un par de ‘punteros’ para chambear.
Causa, porque son amigos desde hace años, cuando Antonio trabajaba en otra barbería, frente a Matute. Causa, porque fue él, Carrillo, quien se ha hecho uno de sus clientes más selectos, junto con Jefferson Farfán. Y causa, porque fue gracias a una historia en el Instagram del entonces futbolista del Watford de la Premier League que el argentino Marcos Rojo, su amigo de la época del Sporting de Lisboa, pidió tener una cita con él. El video llegó a los 1’172.000 seguidores que tiene en esa red social la ‘Culebra’. Uno de ellos fue Rojo, que también quería salir lindo en la foto luego del gol a Nigeria a los 93’, el tanto más celebrado de Argentina en el Mundial. Solo que él aún no lo sabía.
Tras ver que en la puerta de su improvisada barbería crecía la fila india como en el fígaro del barrio –luego de Otamendi, Di María y Dybala–, aterrizó el extraterrestre inesperado. Entonces, el peruano Antonio de la Fuente prendió su máquina y le peinó las ideas a Lionel Messi.
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Con su sonrisa de adolescente y las credenciales que tramitó para ingresar al búnker de Perú y Argentina, el barbero de Perú responde.
¿Por qué no ingeniero, médico, futbolista? ¿Por qué barbero?
Estudié Hotelería y Turismo en ISIL La Molina. Mi papá era marino mercante, siempre viajó. Yo quería viajar. Ser barbero es curioso: cuando me preguntan en Aduanas cuál es mi profesión y les digo barbero, se sorprenden. Creen que no lo es y yo les digo que sí, que de esto se puede vivir. Primero trabajé en un restaurante, hasta que me hicieron una prueba en una barbería cerca de Matute. Era la más top de entonces. Y me quedé. Mi brother, el dueño, me enseñó. Me puse a investigar, ver videos y así aprendí. He viajado a dictar cursos en Chile, Ecuador y Colombia. Y tengo una escuela pequeñita, que quiero hacer crecer.
¿Una escuela?
Sí. Dicto a muchachos aquí, en el segundo piso de Royalty. ¿Sabes cuántos se pueden salvar de las drogas si se deciden a formar su propia empresa? Los barberos podemos aportar así a la sociedad. Hoy hay universidades que enseñan música, cocina como carrera. Yo digo: ¿por qué no la carrera de barbero?
¿Por qué crees?
Por falta de apoyo. Estoy chibolo, yo puedo ayudar. No quiero que la sociedad nos vea como una minoría urbana que corta el pelo y ya. Sueño con el día en que cada vez seamos más profesionales. En La Victoria, que es donde vivo, los políticos creen que ayudar a la juventud es hacer una canchita. ¿Qué habría pasado si mis padres no me hubieran dado educación? ¿Qué estaría haciendo?
***
Antonio de la Fuente contesta su teléfono. Es una cita: le guste o no, es el barbero más buscado del país. Nunca le pidió una camiseta a Jefferson, una entrada para el Mundial a Carrillo ni un favor a ningún cliente. “Este es mi trabajo y, aunque los admiro, primero es el respeto”, dice. Frente a un espejo, mientras afeita, miro una frase pegada en la pared: “Entrena mientras ellos duermen, estudia mientras ellos se divierten, persiste mientras ellos descansan y vive lo que ellos sueñan”. Es de Muhammad Alí. La mira de reojo. Luego acepta una siguiente cita en WhatsApp. Y otra. Y otra.
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