Emigró en plena pandemia para ser juez en uno de los programas más visto de la televisión peruana. Sus severos juicios, piensan muchos, han revitalizado “Yo soy: Grandes batallas”, así como las fuertes discrepancias con otros miembros de la mesa que conduce. El ex integrante de Magneto, la boy band más recordada de los años 90 en nuestro país, lo vamos conociendo más, tiene una opinión clara sobre todo. Y sobre todo, le preguntamos.
¿Cómo describirías tu estadía hasta hoy en nuestro país?
Buena. Me siento cómodo a pesar del momento en que estamos todos. Porque, claro, yo quisiera ir a cenar y tomarme un pisco después del show… Pero creo que hoy la vida no se basa en lo que quieres, sino en lo que tienes y en lo que disfrutas. Así que me puedo comer un buen ceviche en mi camerino o en mi habitación. Disfruto también el trabajo en “Yo Soy”, las imitaciones, a mis colegas jurados…
Con quienes discutes, a veces, muy acaloradamente.
Es que nosotros también tenemos el ánimo a flor de piel…Para mí no hay filtros. Entonces, con el respeto que se merecen, discrepamos, vamos creciendo juntos. Nos golpeamos a veces con dureza, y otras con cariño. Nada hay que tomárselo personal.
¿Sientes que hay una mayor presión ahora en lo que la gente quiere escuchar de ti a comparación de los primeros días?
La verdad es que para mi todo esto ha sido un proceso muy natural. Mi experiencia era la música, sea desde el escenario o desde el manejo de artistas con Sony. Delibero de la manera que lo siento. Es cansado, pero porque la TV es cansada. Yo solo abro mi corazón y mi mente y me dejo sorprender. No estoy pensando en la expectativa de nadie. Gusté, no gusté… Me odiaron con Sandro, me amaron con Sandro… Me odiaron con Mon Laferte, me amaron con Mon Laferte.
En programas como “Yo Soy” siempre hay en el jurado policías buenos y policías malos. Al inicio no dejabas a nadie con cabeza. ¿Cuánto de Mauri hay en tu performance cada noche y cuánto del rol que tienes que asumir?
La belleza de esto es que yo vengo sin conocer nada. Si el concursante me sorprende, me sorprende. Si tengo que apretar a José José para llevarlo al lugar que quiero, lo hago… No vine a cortar cabezas. Cuando me emociono, me emociono. Sí creo, no obstante, que hay si potencial tengo la responsabilidad de presionar.
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¿Por qué pensaste que integrar “Yo Soy”, que implicaba a mudarte a Lima en medio de una pandemia, era una buena idea?
Todos estamos hartos de la pandemia y con muchas ganas de cambio. Y yo soy un nómada. Llevo 35 años moviéndome. De pronto, la vida me encierra en casa. Es lo que tocaba. Pero ahora ya conocemos más del virus y lo que tenemos qué hacer y lo qué no. Me pareció un buen momento para cambiar de ciudad. Aparte, siempre me gustó la dinámica de los paneles de jueces. Me prometieron dejarme ser y ve con lo que se encontraron (ríe).
¿Es difícil grabar en esta contexto? ¿Tienes miedo?
No tengo miedo. Pero soy precavido. Hace casi un año pensábamos que el virus estaba en el aire, a muchos metros de distancia, por horas. Hoy sabemos que se transmite por aerosoles. Tienes tú que estornudarme, yo tocar algo manipulado, tocarme la cara. Hoy entendemos que la clave es la máscara, lavarte la manos. Aquí nos hacen pruebas PCR (moleculares) de manera constante...
¿Cuántas te han hecho ya?
Uy... Pero, no... Tienes que ver a Tony (Succar) cómo sufre, pobrecito (ríe). Yo me relajo. Todos tenemos un compromiso con el trabajo. Usa tu máscara y no te veas con gente que no vive contigo, así sean tus amigos… Así debe ser. Perdón, pero si nosotros nos jodemos, jodemos el show. Si hago tonteras… no es justo poner a toda una producción en alerta. Hay que ser serios porque el programa, finalmente, es motor de ánimo de la gente que está metida en su casa.
Perú sufre por la pandemia. Y también tu país, México. ¿Cómo ves la situación allá?
Está muy difícil. Solo el DF tiene 35 millones de habitantes, más que toda la población del Perú. Muchos son pobres. Yo sé que esto no distingue clase social, pero es muy diferente tener que usar transporte público todos los días, comer en la calle, no tener dinero para máscaras o alcohol... Y ahí es donde, para mí, nuestros gobiernos y la sociedad tienen que hacer un trabajo muy particular. Si se va a decir ‘nos encerramos todos’, debe haber un fondo de educación y económico porque las cosas cuestan. Cuesta comer, cuesta cuidarse. Tenemos que evitar que los hospitales colapsen, pero debe haber una gran responsabilidad de socialismo positivo para poder ayudar a la población.
El presidente de México indicó que no iba a usar mascarilla “porque ya no iba a contagiar” (estuvo enfermo de COVID). Se entercó. ¿Que te suscita eso?
Está diciendo una idiotez, algo lleno de ignorancia. Nos pasó con Trump en Estados Unidos. Y eso no se puede aceptar porque es la ciencia hoy la que dicta qué tenemos o no que hacer. Aquí no se trata de creencias personales. El virus muta y no sabes si te vas a reinfectar en dos meses. Aquí el mandatario tiene la responsabilidad de no estar diciendo tonterías, de educarse y asesorarse con científicos. Necesitamos liderazgo serio.
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Tú vives en Miami. ¿Sientes que la nueva administración de Joe Biden cambiará el curso que llevaba el país?
Como no te imaginas. El cambio de mentalidad y liderazgo será brutal. Esta nueva administración escucha, es tolerante. Y esto no es algo nuevo. Biden viene de otro gobierno muy exitoso (el de Obama). Él siempre ha sido un tipo muy de debate, muy abierto. Creo que está regresando una filosofía que a mí me da más esperanza.
Incluye esto a los inmigrantes.
Sin duda. De lo primero que habló fue de no separar a las familias. Se entiende que a la gente se le dará la bienvenida a los Estados Unidos de una manera ordenada. Pero ya no te sentirás rechazado o pensarán que eres un criminal.
¿En qué proyectos trabajas paralelamente a Yo Soy?
Estoy trabajando con una niña espectacular. Se llama Angie Vásquez. Es cantautora. También me han invitado a un proyecto de TV, acabamos de formar un grupo que se llama Nuevo Elemento, que es regional mexicano. Y Sony ya me esta hablando de producir un acústico ‘Primera Fila’ con alguien que no puedo decir.
¿Hasta cuándo te quedas en Perú entonces?
La final de Yo soy es el 6 de marzo. Hasta ahí sé. ¿Qué dices? ¿Me quedo? Hay que hablarle a mi esposa, a ver qué dice. (risas) //