La niña de 10 años Sarah Murnaghan recibió finalmente un trasplante de pulmón, pero solo después de una larga espera. La fibrosis cística amenazaba su vida. Su caso avivó un debate acerca de cómo asignar los órganos de los donantes. Los pulmones y otros órganos escasean.
Sin embargo, ¿qué pasaría si hubiese otra solución, como cultivar en el laboratorio un órgano a medida?
Parece increíble, pero apenas a tres horas en automóvil del hospital en Filadelfia donde Sarah recibió el trasplante, otra niñita se está beneficiando con ese tipo de tecnología futurista.
Hace dos años Angela Irizarry, de Lewisburg, Pensilvania, necesitaba un vaso sanguíneo crucial. Los investigadores crearon uno para ella en el laboratorio utilizando células de la misma médula ósea de la pequeña paciente. Hoy la niña de cinco años canta, baila y sueña con llegar a ser médica algún día.
EL FUTURO IDEAL La creación de pulmones y otros órganos para trasplantar todavía está lejos, pero los científicos trabajan con ese objetivo. En Carolina del Norte, un impresor tridimensional traza prototipos de riñones. En varios laboratorios, los expertos estudian cómo desarrollar la configuración interna de corazón, pulmón, hígado y riñón de seres humanos y de cerdos para producir implantes a medida.
El escenario ideal sería el siguiente: un paciente dona células, ya sea mediante una biopsia o una muestra de sangre. El laboratorio las usa, ya sea esas mismas células u otras derivadas de ellas, para producir la configuración del órgano que necesita. Después, dice el doctor Harald Ott, del Hospital General de Massachusetts, podemos regenerar un órgano que no será rechazado y que puede ser producido a pedido e implantado quirúrgicamente, similar a un órgano donado.
No es algo que ocurrirá pronto para órganos sólidos como pulmones o hígados, pero como demuestra el caso de Angela, las partes más elementales del organismo ya son implantadas en pacientes mientras los especialistas exploran las posibilidades.
CASOS DE ÉXITO Hace unas pocas semanas una niña en Peoria, Illinois, recibió una tráquea experimental que empleó un andamiaje cubierto de células germinales de su propia médula ósea. Más de una decena de pacientes han tenido operaciones semejantes.
Decenas de personas tienen vejigas experimentales producidas con sus propias células, como también más de una decena tiene uretras fabricadas con tejido de su misma vejiga. Una niña sueca que en 2011 recibió una vena producida con células de su médula ósea para abrir un desvío de una vena del hígado bloqueada sigue en buen estado, dice su cirujano.
En algunos casos el concepto se ha tornado en práctica estándar. Los cirujanos pueden usar las células del paciente, procesadas en el laboratorio, para reparar cartílagos en la rodilla y las víctimas de quemaduras son tratadas con piel cultivada en el laboratorio.