EL COMERCIO / AGENCIAS
La polémica por el uso de cigarrillos electrónicos continúa. Esta vez, la publicación de un nuevo estudio holandés refuerza las voces que apuntan que se trata de un dispositivo tan dañino como los cigarrillos tradicionales.
Más que una alternativa al consumo de tabaco, es un producto adictivo que contiene sustancias altamente tóxicas, señala la investigación hecha por el Instituto Nacional de la Salud Pública y el Medio Ambiente holandés, reseñada por el diario holandés “AD”.
Según la publicación, el uso de estos dispositivos causa irritación, mareo y náuseas frecuentemente; además, el aire exhalado por los usuarios contiene sustancias peligrosas. La nicotina que se inhala causa adicción y es mala para el feto, si quien usa el cigarrillo electrónico es una mujer embarazada, explica el informe.
El secretario de Estado de Sanidad, Martin van Rijn, afirmó al diario holandés que se plantea emprender una acción inmediata para frenar el uso de este sustituto del tabaco sin esperar a que la Unión Europea (UE) legisle al respecto.
La UE todavía tramita una nueva directiva que ya respaldó el Parlamento Europeo en octubre y que prohibirá el tabaco de sabores y aromas dirigido a los más jóvenes –ya no podrá venderse en 2016–. Además, eliminará la venta de mentolado para el 2021, a la vez que impondrá advertencias sanitarias más grandes en las cajetillas.
“Me tomo en serio los avisos del RIVM y la autoridad holandesa encargada de la seguridad alimentaria y de consumo. Voy a adoptar medidas adicionales respecto a si el cigarrillo electrónico es seguro y la información que se brinda a los consumidores”, indicó Van Rijn.
VOCES ENCONTRADAS Los cigarrillos electrónicos se comercializaron desde el 2003 y se posicionaron como una alternativa para alejar a los fumadores del tabaco.
En octubre pasado Gerry Stimson y Clive Bates –especialistas británicos en adicciones y militantes antitabaco– señalaron en un informe que “muchos usuarios, a menudo grandes fumadores, relatan que su cambio al cigarrillo electrónico fue una experiencia que los transformó. Son muchos los que reducen el consumo y están en camino a dejarlo por completo”.
Hace unas semanas, en la Cumbre del Cigarrillo Electrónico 2013, realizada en Londres, los participantes incidieron en la potencialidad del dispositivo para salvar a millones de personas fumadoras.
Sin embargo, en todo este tiempo, se han publicado cada vez más estudios que detallan los perjuicios para los usuarios de los cigarrillos electrónicos.
“Se trata de un producto equiparable a los cigarrillos tradicionales, porque usa nicotina. El usuario dará más pitadas al día con la creencia de que no le hace daño, pero estará incrementando su problema de adicción”, aclara a El Comercio el doctor Edgar Amorín Kajatt, director de Cirugía del Instituto Nacional de Enfermedades Neoplásicas (INEN).
El especialista recalca que, además de la presencia de nicotina, un problema adicional es que se trata de un producto tóxico. “Es un producto que usa preservantes y saborizantes”, indica.
Para el doctor Amorín, si el usuario del cigarrillo electrónico es un paciente tratado por su adicción a la nicotina, quizás no desarrolle cáncer, pero sí otras complicaciones relacionadas con el resto de sustancias.
NO SE LES CONSIDERA IGUAL REGULACIONES En países como Argentina, Brasil, Australia y Uruguay, el cigarrillo electrónico está prohibido. No obstante, no todos los países tienen regulación con respecto a su uso y su comercialización.
COMO TABACO O FÁRMACOS En algunos países está considerado como tabaco (Francia), mientras que en otros se le considera como medicamento (Alemania, Dinamarca, Reino Unido). Solo en Costa Rica y en EE.UU. están permitidos para la venta sin restricciones.
NO ES PARA MENORES Particularmente en Holanda, los cigarrillos electrónicos pueden comprarse a través de Internet y en tiendas. Aunque su venta no está recomendada a menores de dieciséis años, no existe una prohibición al respecto.