¿Cuántas veces al día estamos escogiendo un filtro para colorearnos la realidad un poquito? ¿Cuántas veces tratamos de quitarle color a un momento tenso? ¿Cuántas veces congelamos nuestros momentos felices con un color que nos haga ver más alegres? ¿Varias, no? Esas deben haber sido las preguntas que se hizo el publicista brasileño Bruno Ribeiro, quien trató de llevar Instagram a la vida real para mostrar su frustración por el uso diario de la tecnología.

Ribeiro usó el método más fácil para crear su Instagram de la vida real armado con papeles impresos que simulaban el diseño de un post en esta red social móvil y con papel celofán, el publicista pudo ponerle filtros a la realidad.

Instagram ha traído la fotografía a nuestra vida cotidiana. Incluso aquellos que no son fotógrafos o artistas, acaban queriendo ser creativos de alguna manera por medio de esta aplicación, pero pienso que es bien extraño esta cosa de permanecer conectados todo el día”, señala.

“Todo el tiempo tener esa preocupación de no estar dos horas sin e-mail, sin celular. Por tanto, esta es una forma de hablar que la vida es muy agradable y sin su teléfono. Mantenlo en el bolsillo y mira la calle, agregó a G1.

Lo único que quizás no lo tenga muy contento es que, una vez delante de su obra de arte, la gente le toma fotos y, tal vez, las comparte por las redes sociales.

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