EL COMERCIO
Estudiantes de ingeniería del Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT, por sus siglas en inglés) en Estados Unidos crearon una pulsera que otorga una agradable sensación térmica a quien lo utiliza, controla las necesidades de sentir más frío o calor, según las circunstancias.
El brazalete, bautizado por sus creadores como Wristify, usa la termoeléctrica para enviar impulsos según como se presenten las ondas de aire frío o caliente.
El equipo integrado por Sam Shames, Mike Gibson, David Cohen-Tanugi y Matt Smith se basó en el principio por el cual si se enfría o calienta una parte del cuerpo, es posible lograr un alivio tal y como sucede con el contacto con las bolsas de agua caliente en los pies o las compresas frías en el cuello o frente ante el calor excesivo.
La sensibilidad de la piel humana le permite detectar rápidamente los cambios bruscos de temperatura. De esta forma, los futuros ingenieros hallaron que calentando o enfriando cualquier parte del cuerpo a razón de 0,1 °C por segundo, se podía lograr que todo el cuerpo sintiera en un minuto algunos grados más de calor o de frío.
El panel base está hecho de cobre y aleaciones, y funciona como un disipador de calor. Tiene un sistema de control automático que estabiliza la intensidad y duración de los impulsos térmicos que se suministran al disipador de calor. Cuenta también con termómetros para medir tanto la temperatura exterior como la corporal para lograr un ajuste adecuado que se traducirá en una agradable sensación térmica para el usuario.
Funciona con una batería de polímero de litio que dura ocho horas aproximadamente.
El diseño de Wristify es el resultado de otros 14 prototipos. Aunque por el momento todavía resulta ser un tanto grande para ser portado por una persona que debe trabajar con un teclado de computadora, un diseño más plano y mejorado no estaría lejos de lograrse.
IMPULSO PARA MASIFICACIÓN Este invento obtuvo el primer lugar en la séptima edición de la competencia Madmec, del MIT, cuyo tema giró en torno a las soluciones de la ingeniería de materiales en beneficio de la sostenibilidad. El premio de 10.000 dólares será utilizado en la mejora del dispositivo con la utilización de algoritmos avanzados para automatizar mejor los pulsos térmicos.
La idea es que, como muchos otros dispositivos salidos de las aulas del MIT, lleguen en el mediano plazo a su producción y consumo masivo. En el nivel de los usuarios, el brazalete podría evitar los constantes desacuerdos que suceden en los centros de trabajo o de estudio para calibrar una temperatura que sea agradable a todos.
Sin embargo, el objetivo de sus creadores apunta más a lograr una reducción en la facturación de energía en los edificios por uso de sistemas de calefacción y aire acondicionado, algo que representa el 16,5% de todo el consumo de energía primaria en Estados Unidos.