Cuando LG anunció a finales de octubre el lanzamiento en Corea del Sur de su teléfono curvo G Flex con una carcasa trasera “autorreparable”, muchos levantaron la ceja en señal de escepticismo. Quizá por ello la firma coreana hizo público un video en el que demuestra la capacidad de “autocuración” de su último producto.
El video, que compara los rasguños que sufren tanto el G Flex como un teléfono con carcasa plana, muestra que los daños producto de los roces o el uso cotidiano desaparecen en dos o tres minutos, dependiendo del tipo de rasguño. Además, recupera su forma curva. Esto se demostró colocándole encima objetos de 8 y 16 kilogramos.
A diferencia del Galaxy Round de Samsung, la curva del G Flex es de arriba abajo, con lo cual se amoldaría mejor a la cara del usuario cuando tengo el equipo pegado a la reja. El teléfono tiene una pantalla de 6 pulgadas, pesa 177 gramos y cuenta con una batería de 3.500 mAh. Se parece mucho al recién lanzando de alta gama G2.