La semana pasada, el Comité Asesor de Vacunas y Productos Biológicos Relacionados de la FDA de Estados Unidos autorizó una tercera dosis de refuerzo para la vacuna de Moderna, y una segunda de refuerzo para la vacuna de Janssen (Johnson & Johnson), las que –al igual que la recomendada para la vacuna de Pfizer– podrán ser administradas a personas mayores de 65 años, a personas entre 18 y 64 años con comorbilidades que las predispongan a complicarse si contrajeran COVID-19, y a trabajadores expuestos al contagio (incluyendo trabajadores de la salud).
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Además, la FDA discutió también la posibilidad de mezclar vacunas, un tema que había quedado pendiente al discutirse el refuerzo de la vacuna J&J. Eso porque una prepublicación, dada a conocer dos días antes de la reunión de expertos, demostró que el refuerzo de esa vacuna con Pfizer o Moderna despierta una mayor producción de anticuerpos que la producida con un refuerzo de la misma vacuna.
El estudio clínico consistió en administrar una dosis de refuerzo a un grupo de 458 personas, distribuidas en tres grupos de aproximadamente 150 personas cada uno, que habían sido completamente vacunadas con Pfizer, Moderna y J&J.
A continuación, los grupos fueron divididos en tres grupos de 50 personas, cada uno de los cuales recibió un refuerzo con la misma vacuna (vacunación homóloga) o con vacunas diferentes (vacunación heteróloga). En cada grupo se midieron los anticuerpos neutralizantes producidos por esas dosis de refuerzo, y se tuvieron entonces nueve grupos de evaluación.
Los resultados indicaron que los títulos más altos de anticuerpos neutralizantes fueron obtenidos con las vacunaciones homólogas de vacunas de ARN mensajero, es decir, Moderna con Moderna, y Pfizer con Pfizer.
“Los resultados abren las puertas [...] que permitan mez-clar vacunas de diferentes plataformas tecnológicas”.
Los resultados más interesantes se produjeron en el grupo que fue vacunado inicialmente con J&J, pues se demostró que los voluntarios que recibieron como refuerzo la misma vacuna de Johnson & Johnson, aumentaron cuatro veces su nivel de anticuerpos neutralizantes, mientras que si recibieron un refuerzo de Pfizer, lo aumentaron 35 veces y 76 veces si recibieron un refuerzo de Moderna.
Es por eso que, a pesar de que el comité aprobó que las personas vacunadas con J&J reciban un refuerzo de su misma vacuna, queda abierta la posibilidad –como lo expresó el director de vacunas de la FDA, Peter Marks– que las dosis de refuerzo de la vacuna de J&J puedan ser de ARN mensajero.
Esos resultados abren también las puertas de futuras investigaciones que permitan mezclar y combinar vacunas de diferentes plataformas tecnológicas, con el afán de mejorar la producción de anticuerpos de las personas vacunadas.
—Dosis de refuerzo—
Aparte de las recientes decisiones de la FDA de autorizar dosis de refuerzo para las vacunas que se usan en ese país (Pfizer, Moderna y J&J), existen ya decisiones para usar dosis de refuerzo en otros países.
El Gobierno Chileno concluyó –sobre la base de un estudio aún no publicado en una revista científica– que es posible reforzar las dos dosis de la vacuna CoronaVac de Sinovac, con una de AstraZeneca o Pfizer; mientras que el Gobierno Uruguayo aprobó el refuerzo para la misma vacuna, con una de Pfizer.
En República Dominicana se ha aprobado una dosis de refuerzo con las vacunas de AstraZeneca y Pfizer.
Eso se suma a la reciente decisión del Minsa en el Perú, que autorizó que el personal de primera línea que recibió dos dosis de la vacuna de Sinopharm podrá recibir una dosis de refuerzo con las vacunas de Pfizer o AstraZeneca.
—Razones para mezclar—
Aparte de mezclar vacunas para reforzar esquemas de vacunación completo, existen otras tres razones por las que mucha gente desea combinar vacunas: la necesidad de completar un esquema de vacunación interrumpido después de haber recibido la primera dosis, la desconfianza a vacunas previamente recibidas y el cumplir trámites migratorios para ingresar a EE.UU. o Europa. Estas dos últimas implican una revacunación de la persona.
Combinar vacunas para completar un esquema de vacunación interrumpido es, sin duda, una necesidad médica, pues implica conseguir –con la segunda dosis de otra vacuna– la protección que se interrumpió después de recibir la primera dosis.
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Al respecto, estudios hechos en Alemania, España y el Reino Unido han determinado que la primera dosis de AstraZeneca puede completarse con una segunda dosis de las vacunas de Pfizer y Moderna. Esos estudios fueron motivados por la suspensión de la vacuna de AstraZeneca en Europa a comienzos de este año.
Otra combinación estudiada para completar un esquema de vacunación es la que intercambia las vacunas de Pfizer y Moderna, combinación permitida en Canadá, pero que en EE.UU. los Centros para la Prevención y Control de Enfermedades (CDC) recomiendan solo en situaciones excepcionales.
La tercera combinación estudiada para completar un esquema de vacunación interrumpido es la que permite completar la vacunación iniciada con la vacuna Sputnik V con una segunda dosis de AstraZeneca o Moderna. Este estudio fue hecho en Argentina debido a la escasez de la segunda dosis de Sputnik V.
Con respecto a las dos últimas, que implican revacunarse por la desconfianza a las vacunas recibidas o por razones migratorias, no existen estudios científicos al respecto, por lo que el riesgo de vacunarse por segunda vez debe ser considerado como una forma de automedicación, no avalada por estudios científicos, y debe ser hecha bajo la propia responsabilidad de la persona y previa autorización de un médico.
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