Así como el león es representativo de África y Asia, el jaguar y el puma lo son para América. Incluso, para el primero, se han emprendido grandes esfuerzos para su conservación en Latinoamérica. Sin embargo, de otras especies en la región –sobre todo medianas y pequeñas– se sabe muy poco. Y sobre eso Mongabay Latam publicará el informe especial “Los pequeños y olvidados félidos de Latinoamérica”, el cual estará disponible desde mañana en la página web de El Comercio.
Antes de seguir: ¿por qué félidos y no felinos? Los félidos (familia ‘Felidae’) son mamíferos carnívoros y se dividen en dos subfamilias: los panterinos (‘Pantherinae’) y los felinos (‘Felinae’). Mientras los primeros rugen y son grandes, los segundos maullan y son más pequeños.LEE
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Dentro de esas subfamilias hay géneros. Los gatos son del género ‘Felis’, mientras leones, jaguares, tigres y demás son del género ‘Panthera’. Por ejemplo, el jaguar (‘Panthera onca’) es un félido de la subfamilia de los panterinos y género ‘Panthera’.
En alerta
Volviendo al informe de Mongabay Latam –al que tuve acceso anticipado– se sabe muy poco de otras especies medianas y pequeñas propias de la región: el ocelote, el margay, el gato andino, el gato de pajonal o de las pampas, la huiña, el gato de Geoffroy, el tigrillo, la tirica, el yaguarundí y el lince rojo. Pero no solo eso, sino que hay cinco especies que no han sido evaluadas.
¿Por qué debe preocuparnos? En palabras de José Fernando González Maya, director científico del Proyecto de Conservación de Aguas y Tierras y copresidente del Grupo de Especialistas en Pequeños Carnívoros de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza, “porque, además de estar sufriendo fuertes amenazas por la deforestación, que lleva a la pérdida de hábitat, también se enfrentan con la cacería”. Sin embargo, el problema común de los pequeños félidos, objeto de esta investigación periodística, es la pérdida del hábitat, aunque en cada caso tienen amenazas particulares.
Gran incógnita
El informe periodístico hace foco específicamente en la situación del gato andino, cuyo hábitat se distribuye entre Bolivia, Chile, Argentina y el Perú.
El ‘Leopardus jacobita’ habita, por lo general, a 3.600 m.s.n.m., en zonas rocosas y de escasa vegetación. Su principal presa es la vizcacha. Cada ejemplar puede pesar entre cuatro y seis kilos.
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Se señala a la minería y el empleo de perros para el pastoreo como las principales amenazas para el gato andino. Del mismo modo, aunque la caza del gato andino para rituales ha ido decayendo, continúan las matanzas del animal con índole supersticioso. Además, los casos de atropellos de este félido siguen en aumento.
La ausencia de un registro actualizado sobre la cantidad total de gatos andinos profundiza la degradación de su ecosistema natural y hace muy difícil su conservación.
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