Todos hemos escuchado de entrevistas de trabajo competitivas, pero ninguna como la del penúltimo episodio de la segunda temporada de “House of the Dragon”, un capítulo que se concentró en el bando Negro y sus movimientos para avanzar en la guerra contra la facción Verde.
En Harrenhal Daemon Targaryen (Matt Smith) consigue aliarse con los señores de la Tierra de los Ríos, quienes por decisión de su nuevo señor, Oscar Tully (Archie Barnes), aceptan unirse al bando de Rhaenyra. Pero su lealtad no es gratuita. Acceden a seguir a Daemon solo si él imparte justicia por los crímenes cometidos por Willem Blackwood contra la casa Bracken.
En King’s Landing, el rey Aegon II (Tom Glynn-Carney) continúa convaleciente, pero en lugar de descansar, Larys Strong (Matthew Needham) le pide al alto maestre Orwyle perseguir la recuperación del monarca a la fuerza, haciéndolo caminar a pesar del dolor. Una decisión que habla más de los intereses del Maestro de los Susurros que del bienestar del rey. Por su parte Alicent Hightower (Olivia Cooke), que cuestiona su propio valor en la guerra, sale de la ciudad bajo la protección del guardia real Sir Rickard Thorne. No tiene planes de volver a la Fortaleza Roja.
Mientras tanto, en Dragonstone Rhaenyra Targaryen (EmmaD’Arcy) acepta bajo su mando a Addam de Hull (Clinton Liberty), quien fue elegido como jinete por el dragón Seasmoke. Que un hombre de baja cuna haya domado al dragón pone en juego otra posibilidad: aceptar a bastardos Targaryen como jinetes, sugerencia de Mysaria (Sonoya Mizuno). Esto no es visto con buenos ojos por Jacaerys (Harry Collett), quien siente peligrar su propio potencial para reclamar el trono en caso muera su madre. Así, Rhaenyra envía una convocatoria a King’s Landing, ciudad desde la cual llegan los bastardos.
El dragón Vermithor, la “Furia de Bronce”, no recibe bien a los candidatos: los quemó y devoró. Pero Hugh Hammer (Kieran Bew), herrero de King’s Landing, se le acercó valeroso y el dragó pareció apreciar esta conducta, aceptándolo como jinete. Una situación distinta ocurre con Ulf el Blanco (Tom Bennett), quien alardeaba de su presunto linaje Targaryen en los bares. En su intento de huida se interna más en las cavernas de Dragonstone, donde encuentra a la dragona Silverwing, quien no se muestra muy amenazante con él.
En su primer vuelo con Silvering, Ulf llega hasta King’s Landing, entre extasiado y muerto de miedo. Aemond (Ewan Mitchell) no toma esta afrenta a la ligera y lo persigue a lomo de Vaghar. Lo sigue hasta Dragonstone, pero mantiene su distancia y se va al percatarse que hay tres dragones sobrevolando la isla. Él no es tonto, no se arriesgaría a una batalla así aunque su montura sea la más grande de todo Westeros.
Cuando el conflicto ocurre en casa
El episodio de esta semana tuvo como eje los planes de los Negros y sus maquinaciones antes que el conflicto con los Verdes. Lo más cercano a esto último fue el plan para infiltrar información en King’s Landing para captar a los bastardos, así como la aproximación de Aemond a Dragonstone. Destaca la conversación entre Rhaenyra y su hijo Jacaerys Velaryon, la cual tiene implicancias mayores al solo hecho de poner “mestizos” sobre dragones.
¿Por qué el linaje Targaryen gobierna? ¿Es por tener sangre de Valyria o por ser jinetes de dragón? Lo primero podría ser la explicación correcta sobre el papel, pero en la práctica, si Aegon I fue llamado el “Conquistador” fue por sus tres dragones, con los que subyugó Westeros. Darle a desconocidos armas tan poderosos es una movida arriesgada. Incluso los guardianes están en contra de la decisión y se rebelan por motivos religiosos ante la decisión de Rhaenyra. De todas formas, no es que entregar los dragones haya sido fácil. El proceso podría describirse como el reclutamiento de personal más salvaje en la historia de Westeros, pero también de la ficción televisiva: un festín de muerte que tiene cierto grado de belleza.
Casi tan cautivante fue toda la secuencia de Harrenhal, que existe para reafirmar el poder de Daemon, pero más que eso presenta al joven Oscar Tully como un jugador astuto del juego de tronos. En privado llamó a Daemon rey; en público, frente a los vasallos, lo llamó príncipe, enfureciéndolo. Ambos ahora son aliados, pero este inicio es complicado para dos facciones que tendrán que llevarse bien a la fuerza.
Ese diálogo en el jardín tiene un doble propósito: primero, mostrarle a los lords que, pesar a su juventud, Oscar Tully puede ser firme; y segundo, mostrarle a Daemon que no puede mandonear como se le venga en gana. Y siguiendo con Daemon, un nuevo sueño vívido, donde vuelve a ver a su hermano Viserys, lo confronta con su deseo de gobernar los Siete Reinos. Queda pendiente saber si al final consolidará su apoyo a Rhaenyra o si luchará por su propio beneficio.
Otro conflicto en ciernes es el de Corlys Velaryon (Steven Toussaint) y sus bastardos. El señor de las fortalezas de Driftmark y High Tide no acepta abiertamente que Alyn y Addam sean suyos. Incluso su conducta en torno a ellos es confusa; no es claro si siente vergüenza o tiene algún plan en el horizonte.
En medio de todo el caos, vale la pena detenerse en que ahora Aemond Targaryen, el príncipe regente del bando Verde, ya sabe que Rhaenyra tiene nuevos jinetes de dragón. La información ha volado, literalmente, por lo que la guerra promete acelerarse tal y como da a entender el adelanto del final de temporada.
Sin conflictos directos con el bando contrario, “House of the Dragon” demostró que sus personajes son lo suficientemente atractivos como para sostener la narración. No todo en esta serie pueden ser batallas. Porque no tenerlas tampoco significa que el episodio sea aburrido. Nada más lejos de eso.
Pensamientos sueltos
- Jasper Wylde (Paul Kennedy), el Maestro de Moneda, pareciera que busca aliarse con Larys Strong, quien se perfila como el siguiente gran hombre de King’s Landing.
- Los seguidores de la serie han notado que Criston Cole no aparece en este capítulo, lo cual ha sido bien recibido.
- Como muestra el minidocumental que lanzó HBO sobre el episodio, queda claro que Alicent contempló el suicidio. Su “camping” no es del todo animado, sino una forma de explorar su mente. Y lo que hay en su mente es oscuro.
- En cierto modo, Daemon reconoce a Oscar como una persona valiente. Ese golpecito que le da con el pomo de la espada dice algo.
- Pues Aemond no perdió el tiempo y mandó al Muro a los amigos de su hermano, guardias reales que no hicieron bien su trabajo protegiendo a la reina durante las protestas ciudadanas y que incluso escalaron la violencia.
- En la novela “Fuego y sangre”, los bastardos vienen de las islas de Blackwater Bay, incluyendo Dragonstone y Driftmark. Si la serie obvió esto y fue por King’s Landing, tal vez haya sido para aprovechar una locación ya existente en lugar de crear otra.
- La historia de Hugh Hammer se explica al detalle en “Fuego y sangre”: es hijo de la princesa Saera Targaryen, hija del rey Jaehaerys I Targaryen y hermana de Viserys y Daemon, quien cometió el pecado de ejercer su libertad sexual, algo permitido abiertamente solo a los hombres. Una cosa llevó a otra y la mujer terminó como prostituta en un burdel de Lys.
- En comparación, los antecedentes familiares de Ulf no son tan claros.
CALIFICACIÓN
4 DE 5 ESTRELLAS
Puedes ver nuevos episodios de “House of the Dragon” todos los domingos por la noche en la plataforma Max.
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