SONIA DEL ÁGUILA (@soniahafid) Redacción online
Quien supera las tres décadas y no escuchó siquiera hablar de la telenovela Carrusel, no tuvo infancia. Quien no se sintió identificado con alguna de sus tiernas escenas, no fue niño. Quien no se conmovió ante los desplantes de la gringuita María Joaquina Villaseñor (Ludwika Paleta) al ingenuo Cirilo (Pedro Javier Vivero) o no sucumbió a la bondad de la maestra Jimena Fernández (Gabriela Rivero), se perdió de una de las historias más entrañables y sintonizadas de Televisa, que llegó al Perú a través de América TV.
Pedro Javier Vivero, actor que encarnó al bonachón e inocente niño afrodescendiente Cirilo, actualmente de 32 años de edad, recordó anécdotas de las grabaciones y de cuánto la historia de Valentín Pimstein cambió su vida. Los buenos momentos, los sinsabores, la ilusión del primer amor con una de sus compañeras de reparto y la estrecha relación que mantuvo con Ludwika Paleta cuando los flashes y las cámaras se apagaban. El ex niño del No, yo decía lo cuenta todo.
Tenías siete años cuando ingresaste a la telenovela. ¿Cómo te contactó la producción? ¿Cómo te eligieron? Hubo un proceso de cásting. Mi mamá se enteró de que necesitaban a un chico con mis características y me llevó. Ahí empezó la magia.
Una magia que te dio fama y popularidad. ¿Qué recuerdo guardas de Carrusel? De mucha ternura, de amistad, de nosotros muy pequeños, de cuando Gabi Rivera, la maestra Jimena, nos daba uno u otro consejo para portarnos bien, ya que las grabaciones eran arduas.
¿Cómo se manejó el tema de las grabaciones con el grupo infantil? Se hizo un gran manejo de la cuestión infantil, sobre todo en el contexto de la sicología. Nos enseñaron a ver las grabaciones como un juego, a simular ser estudiantes de una escuela. Nuestra tarea era crear un mundo mágico de fantasía donde todo el mundo se debía divertir.
La gente recuerda a Cirilo con mucho cariño. ¿Cómo fue el proceso de construcción de tu personaje? Fue sencillo porque había mucha relación entre el personaje y yo, todo me salía natural, no tuve que llevar clases de actuación.
Cirilo vivía enamorado de María Joaquina, la niña más engreída de la clase. ¿En la vida real también fue así? En eso había parte de ficción y de realidad. En un principio era como tratar de establecer un contacto, pero al irnos conociendo se generó un gran cariño, tuvimos una estrecha relación. Durante las grabaciones María Joaquina rechazaba a Cirilo, pero fuera de cámaras, Ludwika Paleta le daba obsequios a Pedro Javier Vivero. También le regalaba un beso o un abrazo, detalles muy tiernos.
EL AMOR EN SU VIDA ¿Fueron enamorados en la vida real? Solo tuvimos una bonita amistad. Lo que se buscaba era acabar con ese ambiente de discriminación del melodrama y en la vida real manteníamos una actitud de compañerismo. Fue una de las cosas más lindas. Hasta ahora somos muy buenos amigos, aún mantenemos contacto. Con quien sí tuve un romance fue con Flor Edwarda Gurrola, la niña que interpretaba a Carmen. La relación duró como dos semanas, fue mi primera enamorada, jajaja. Todo el mundo nos apoyaba, especialmente a mí, me echaban porras para que le echara ganas. Fue muy padre (bonito).
¿En algún momento te afectó emocionalmente asumir el rol de un niño que era constantemente discriminado? Por suerte supe manejar el tema con bastante filosofía, el sentido del humor me ayudó a ser tolerante ante esos pensamientos distintos. Aquí, en México, se vive una situación de discriminación muy fuerte, pero lo interesante es que no ha faltado quien trate de darle la vuelta al asunto brindándole una cara más amable y gentil.
¿Cuando grababas la novela eras consciente del éxito que ésta tenía? Hasta la fecha no soy total o completamente consciente del éxito que tuvo en aquél entonces esa maravillosa producción.
Siendo tan pequeño, ¿cómo manejaste el tema de la fama y la popularidad? Fue bastante difícil, pero gracias al apoyo de mi mamá, de familiares y amistades, pude mantener los pies en la tierra. Siempre supe diferenciar la ficción de la realidad. Me dediqué a escuchar consejos y a ponerlos en práctica.
CUANDO LA FAMA LLEGA DE GOLPE ¿En qué sentido fue difícil? En cuando a la tolerancia y la paciencia. Cuando eres niño te cuesta comprender que te debes a un público y que debes brindarle cariño y amistad. Yo no entendía eso y esa falta de conciencia me llevó a molestarme un poco conmigo mismo, incluso a ser grosero en ocasiones. Quería salir a jugar fútbol con mis patas del barrio y hacer lo que hace todo niño normal. Eso me generaba un poquito de estrés y tristeza, incluso tuve un poco de depresión, pero todo bien.
¿Has visto algún remake de Carrusel. Estuve pendiente de lo que se hizo en Brasil, Carrusel de niños. Vi solo algunos cachitos, me pareció bueno, tenía niños muy talentosos.
A propósito de esa producción, Jean Paulo Campos, el niño que interpretó a Cirilo, fue internado por depresión. ¿Te enteraste? Leí algo, aunque después unos amigos, que viven en Brasil, me dijeron que no fue cierto. De todas maneras le mandé al niño saludos y buenos deseos, también consejos, que espero los haya tomado en cuenta.
¿Sientes que por grabar la novela saltaste una importante etapa de tu vida? ¿Te arrepientes de algo? Creo que tuve una súper infancia, haber participado en esta maravillosa telenovela fue un plus. De manera indirecta compartí mi infancia con miles de niños. Eso es muy bonito, no me arrepiento de nada.
¿Cómo hacías con el colegio si grababas casi todo el día? Tuve que dejar el colegio, las jornadas de grabaciones eran pesadas y no me alcanzaba el tiempo para estudiar. Pasé el segundo año de primaria con notas bajísimas, pero mi mamá tomó la acertada decisión de hacerme repetir. Cuando terminó la novela retomé los estudios y los culminé satisfactoriamente.
Para haber sacrificado tu educación, imagino que Televisa te pagaba bien. Fue bastante rentable, el dinero que recibí por mi participación en la novela financió mis estudios. Pagué el colegio y la carrera de Ciencias de la Comunicación, hasta obtener la licenciatura.
Gabriela Rivero, la maestra Jimena, contó que dejó de fumar el día que encontró a Jorge Granillo (Jaime Palillo) y a ti fumando en los estudios de grabación. ¿Eso es cierto? ¿Eso pasó? En realidad no me acuerdo, era muy pequeño y travieso. Posiblemente tratando de conocer el mundo y queriendo ser grande metí la pata. Sí, así es.
Gabriela fue expulsada del reality Mi sueño es bailar, por rayar el carro de un gerente del canal. ¿Qué opinas de su conducta? Para mí fue una maravillosa revelación, ella siempre ha tenido un espíritu de rebeldía, siempre nos incitaba a hacer cosas que superaran nuestros límites. Y lo que hizo fue parte de su esencia rebelde y vitalidad. Desde luego fue una situación bastante chusca, pero como cualquier ser humano tiene virtudes y defectos. Obviamente no fue la mejor decisión.
¿Sigues actuando? Me alejé del ámbito de la actuación, soy comunicador social y actualmente trabajo en el Centro de Capacitación Cinematográfica, también en el Centro Nacional de las Artes y en una escuela de arte, como asistente técnico y académico. Cuando cumplí 16 incursioné en danza africana y afrocolombiana. Estoy abocado a desarrollar proyectos de interés nacional, vinculados con las artes y la tecnología, sobretodo en el contexto de diseño gráfico y audiovisual.
¿Te casaste? ¿Tienes hijos? Aún me mantengo soltero, feliz, joven, jajaja. Sigo disfrutando de la década de los 30, que es la etapa donde uno se define socialmente.
¿Conoces Perú? No, pero me gustaría viajar a esa tierra mágica y de leyenda milenaria. Me gustaría conocer a su gente, espero contar con la disponibilidad y el ánimo que alberga ahorita mi corazón para lanzarme a Machu Picchu e ir al Lago Titicaca, que es uno de los lugares que siempre me llamó la atención.